viernes, 15 de agosto de 2014

Permanece en silencio mientras que mi corazón grita.

Casi un mes entre olor constante a medicinas, quejidos de angustia en habitaciones vecinas, entre pasos que le indican a las venas de un brazo ya lastimado que en pro de la salud volverá a ser inyectado. Entre voces imprudentes de enfermeras prudentes que hablan duro al amanecer. 18 noches y 19 días en una cama que no era la suya. Hoy de nuevo en casa reposa agotada su inagotable fe. Le veo dormir cerca a la ventana. Cansada de estar cansada. No hay un mar que mirar pero es su hogar. Y allí también se siente segura. Su ser permanece en silencio mientras que mi corazón grita... ¡Dios, gracias por la esperanza! Te quiero mamá.

Por Javier Suárez (Js)

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