viernes, 15 de agosto de 2014

¿Almas reptiles..?


Oh Dios, que tanto amor necesitamos aquellos que en serpiente venenosa nuestras palabras transformamos. Infinita misericordia requerimos quienes, al final como al comienzo del día, terminamos siendo almas reptiles. Y no busco condenar al animal, pues es su naturaleza envenenar en defensa natural. Sino al ser humano que se arrastra pudiendo caminar. Que se esconde entre anónimos para inyectar su tóxica envidia y podrida mentalidad. Perdónanos Señor porque aún sabiendo el mal que decimos, nuestra lengua no detenemos y el odio que sentimos en palabras expresamos. Detén Padre tan perversa idea de hacer daño a conciencia. De morder con nuestro egoísmo. Detén Dios tal imprudencia antes que como muchas serpientes, terminemos las almas reptiles con la cabeza aplastada y sin corazón. 
(Por Javier Suárez. JS)
Foto/ Internet

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