jueves, 14 de agosto de 2014

En el exterior… Colombianos ¡Solos


La política no ha dividido a nuestra comunidad, pero nunca ha tratado de unirla. Los resultados electorales de este año, con relación a nuestra votación para elegir a los dos Representantes de los colombianos en el exterior... ¡Auch! Marcan la soledad en la que democráticamente, por opción o desilusión, nos encontramos.

Pese a estar registrados para votar más de medio millón de paisanos en todos los consulados, de un total aproximado de 5 millones que residimos fuera de Colombia, al final tan solo cerca de 50 mil sufragaron, de los cuales, 10 mil votos fueron anulados por diversas razones. Más de 10 candidatos se pelearon y se siguen el alma desgarrando por la minoritaria votación. Ello indica, que no importa ganar por uno o por un millón, la cuestión es vencer. Es entonces esto un visible síntoma del interés personal con la que se ha buscado la conquista de esta curul y el uso propio que partidos políticos quieren darle a este papayazo político.

Solo grupos muy limitados, cuyo número de integrantes se puede contar con los dedos de las manos o sin repetir con un ábaco, al igual que lo votos obtenidos por los mismos, lloramos o celebramos la derrota o victoria de nuestros favorecidos. Pero en sí nada tiene que festejar, aunque sí mucho que lamentar la diáspora colombiana. Unos dirán que apenas estamos comenzando a ser representados ante el Congreso y lo mismo seguirán diciendo por los próximo cien años.

Los mismos con las mismas siempre con lo mismo.

Ser dueño de algún negocio próspero. Presidir una una organización por muchos años. Ser ex cónsul. Generar roscas de adulación y de aplausos, no ha sido suficiente para ganar el amor de la comunidad creciente, pero sí para obtener su rechazo.
Cuando llegan épocas de elecciones, todos se llaman entre sí líderes. Y entre sí, todos se lo creen. Mientras otras culturas, en medio de guerras internas, crecen y crecen. La nuestra se estanca entre egos sin estilo y proyectos sin estrategias.

Cuando hay un desfile colombiano, por ejemplo, en el área tri estatal de los Estados Unidos, la gente que observa no conoce a quienes allí desfilan, pese a que cada año lo hacen como padrinos o como de honor invitados. Caminan erguidos por las avenidas, pero es una mentira que como líderes lo hagan con la cabeza en alto. Son empresarios exitosos. Son activistas destacados, son políticos de paso, pero ninguno aún es líder político. No quieren hacer escuela aunque sientan que han recorrido camino. Piden alfombra roja antes de merecer pisar ese destino. Invierten en sus orgullos pero no en su vocación de liderazgo comunitario, quizá por que ni la tengan. O por tacaños o por soberbia o por ignorancia.

Para llegar a conducir masas hay que primero conquistarlas antes de convencerlas. Los comités de aplausos son necesarios pero no los únicos., ni los más importantes. A no ser que sean miles NO tan solo dos, cinco o diez. Las redes sociales no deben ser ignoradas, aunque sea esto mejor si al final serán mal utilizadas. Los empresarios que quieran ser líderes políticos deben salir a buscar el apoyo más allá de el de sus empleados y el de sus egos. Aquellos de un status más sencillo, han de considerar que la sencillez no es un requisito sino una virtud. Cierto es que quien logre administrar con prudente sabiduría el caudal político del colombiano en el exterior, hará historia de la buena aquí, allá, dónde sea.

¡Solos!

Todos estamos solitarios en materia política como colombianos en el exterior. Siendo tantos, es algo contradictorio. La oportunidad de pescar miles de votos en lugares donde hay subienda de votantes, se ha desperdiciado otra vez.

Zoilo Nieto a quien al comienzo de su proyecto acompañé, en su campaña se salió de su esquema comunitario para asumir apresuradamente un rol politiquero, brujuleando de aquí para allá, perdiendo su intención inicial… la comunidad. Extraordinariamente sencillo. Descomplicadamente complicado. Dueño de un agradable carisma político sin experiencia política. Por su admirable historia real como inmigrante, es un ejemplo a seguir como colombiano empresario en el exterior y exitoso, pero como líder político solo resta esperar que aprenda de lo vivido en su intento como tal. Está enfrascado en una lucha legal con Jaime Buenahora, lucha que tiene sentido. Pero ajeno a que la ley le de o no la razón, la gente en el exterior quiere líderes que sepan hacer muchos más que dólares y litigar.

Jaime Buenahora. Extraordinario intelectual. Con el dominio de la política tradicional. Experiencia que erradamente le llevó a subestimar a los demás. Dueño de una oratoria envidiable, pero que poco o nada fue escuchada en las calles o barrios donde residen en el exterior los colombianos. Perdió ante sus opositores en muchas regiones, incluso en la que su candidatura de reelección inscribió, Nueva York. No obstante sigue en la Cámara como Representante de los colombianos en el exterior, sin que en su agenda, como antes, estemos como diáspora directamente beneficiados. A no ser que el asunto solo sea abrir consulados. Sin embargo, como lo es en la política interna de Colombia, un legislador brillante, trata de serlo en la legislación para los colombianos en el exterior, sin duda alguna, no nos sentiríamos tan solos. En un futuro, que parece no muy lejano, como ministro podría ser el mejor en la historia colombiana o el peor, en su caso no tiene sentido el punto medio. Es el árbol que podría dar excelente sombra o el que puede dejar caer una rama para descalabrar el alma de quien repose bajo el. Como somos todos, al fin y al cabo.

En fin… Desde ya miles estamos esperando con atención el surgir o resurgir de un líder que nos haga en masa traicionar la abstención en las siguientes elecciones..

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No olvides dejar tu comentario