lunes, 15 de septiembre de 2014

Aquietando mi espíritu


La felicidad, aunque diseñada para ello también, no fue suficiente para hacerme como ser crecer. Decidí alimentar mi ego con los afanes de un futuro mejor, desde un presente aferrado al pasado, ansioso, vanidoso, temeroso, competidor y egoísta. En la mayor parte de mi andar por este mundo he querido dejar huellas que marquen mis triunfos, mi soberbia, mi arrogancia, mis miedos., más que mi amor, mi fe, mi humildad, mi respeto por los demás, por el Universo y por ende mi confianza en Dios. 

Fue un hecho de profunda tristeza el que me tiene ahora quebrantado., aunque no purificado y menos santificado. Pero sí, con unas ganas enormes de no tener ganas de nada. De no seguir viviendo sin tener como un propósito diario, el ser útil espiritualmente para la humanidad, para la naturaleza. Con la plena certeza de que lo demás me llegará por añadidura. 

Busco ser perseverante pero no testarudo. Tener un estilo admirable mas no arrogante. Conocer a Dios más que saber de El. Busco no negar mi carne adulando mi espíritu, ni negar mi alma por alabar mis deseos. Intento dar nuevos pasos por nuevos caminos o por los mismos pero sin apegos extremos. Sin que mi felicidad o tristezas dependan de algún afecto o factor externo. Quiero dar de lo que tengo y no ofrecer aquello de lo que carezco. Por ejemplo: Anhelo incrementar mi fe para hablar de ella. Ser sincero y prudente para recomendar la confianza. Evitar el chisme, la calumnia, la saña para hablar de amistad. Fortalecer la humildad y el desapego para invocar a la solidaridad. Brindar amor sin estar lleno de odio. Perdonar sin vivir invadido por el rencor... etc. 

En fin… Estoy aquietando mi espíritu., que sea esta la fuerza que guíe mi vida y no el ego el que deje huella. 

(Por Javier Suárez)

Vivir o morir pero en paz

Ante la derrota o la victoria, la nostalgia o la euforia, si en calma espiritual espero, la misma ola de tristeza o arrogancia que puede ahogarme, podría también ponerme a salvo en la orilla. Todo se puede en Cristo que fortalece. Vivir o morir pero en paz. 
(Javier Suarez. Js. Susurro12).

Aunque parezca todo igual…

Aunque parezca todo igual, nada ahora es como antes ni aún después idéntico será. Todo en el universo corre constante hacia la perfección como agua de manantial. Quienes pensamos que es muy temprano, que es muy tarde o que no hay razón para cambiar...De ego a espíritu, de arrogancia a humildad, de cárcel a libertad, de temor a fe, de rutina a espontaneidad, 
de trabajo insoportable, de ciudad asfixiante, de forma de ser insoportable... Nos ahogaremos en nuestra propia mentira. Y la alegría será hallada sin felicidad, lejos de donde nunca nuestro ego pensó moverse. (Javier Suarez/Js)

Foto: Valeria Suarez Romero, Termales de Santa Rosa de Cabal, eje cafetero colombiano.

Susurrando en silencio

Deja ir.. A quien te sirve en bandeja de plata la cabeza de la persona a quien ella misma llama amigo(a). Tal ser escribe Hamistad con H de hipócrita. Alguna vez tuve yo también mala ortografía. (Js)

domingo, 14 de septiembre de 2014

Oración honesta de un poeta hipócrita

He escrito versos que no riman con mi vida. Poesías hipócritas redactadas con elegancia. Letras que odiando aman. Frases que bendiciendo envidian. Palabras escritas mientras mi pulso de miedo tiembla, al tiempo que de valor hablan. Piedad ¡Oh! Dios. Borra mi sílaba falsa, la vocal mentirosa. Borra el acento fariseo de mi lengua, de mi teclado borra la tilde odiosa. Que mi espíritu sea, amado Universo, el poeta que por ti inspirado escriba en prosa o verso, y no mi orgullo el que le ponga ritmo, a la puta mierda que le dicte un ego altivo.

Amén. 
(Javier Suárez)

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Guarecer en la fe aunque a veces llueva injusticia


(Encuentro con la Cónsul… Parte I)

Puse el título a la foto mezclando un efecto de lluvia y dos aspectos particulares. El primero de ellos es la fe cristiana que, sin discriminación, predica y practica la Cónsul General de Colombia en Nueva York, Elsa Gladys Cifuentes Aranzazu. El segundo, los tiempos por los que ha atravesado su gestión, inundada de poderosos aplausos y empapada de fuerte oposición. 

Tolerancia a la diferencia. Es una concreta recomendación que en una breve y reciente entrevista me expuso la diplomática. Debemos aprender a aceptar que no todo el mundo piensa u obra igual. Hizo énfasis en la forma cómo cada quien debe exponer sus acuerdos o desacuerdos, conservando siempre en cada caso el respeto por el prójimo y ante todo a la comunidad, a la sociedad. 

Experta política risaraldense, experimentada servidora pública nacional. Dueña de un carisma que confianza inspira. Ni siquiera quienes hemos estado en su contra en aspectos políticos, bueno, al menos yo, puedo negar tanto como periodista como ciudadano emigrante colombiano, que Elsa Gladys Cifuentes tiene al consulado entre los mejores del mundo. Y que ha hecho de dicha sede diplomática un hogar acogedor para la diáspora que lo visita. No es una Cónsul de alfombra roja, ni de limosina. Se integra a la comunidad con sencillo carisma. Artistas, comerciantes, estudiantes, deportistas, pensionados, en general cada colombiano de esta región puede contar con un servicio que si bien no es perfecto, es muy eficaz, integrativo, humanitario, cultural, educativo... Servicio, servir, un consulado no debe hacer menos que eso. Sostiene la Cónsul. 

Cuenta con el respaldo de un grupo amplio de personas, algunas han sido muy activas en su defensa, otras demasiado tímidas, cuando algún sector de la oposición la ataca o la critica. Cuenta con el apoyo del Gobierno del presidente Santos. A mi parecer, el consulado de Nueva York tiene ahora un marco especial… la era Elsa Gladys Cifuentes, una gestión que ha superado positivamente a sus antecesores y que será muy difícil de sobrepasar por quien la llegue a reemplazar. Claro, cuando su periodo como Cónsul llegue a su fin. Entre tanto, la líder de origen pereirano sigue escribiendo su historia protagonizada por años y anõs de vida pública con carisma. 

(Por Javier Suárez/ Periodista Independiente)

Próxima nota… 
Educar, informar… Un deber. Mi objetivo
(Encuentro con la Cónsul… Parte II)