martes, 31 de agosto de 2010

El disfraz del tiempo

Tu piel se ha puesto el disfraz del tiempo. No es liso como en aquellos años, ni tan suave como en aquellos  momentos. Pero te queda lindo. Me gusta como lo luces, admiro como lo cuidas. Sabes que es inevitable usarlo de noche, sabes que es imposible no usarlo de día. No te atormeta que la tormenta del qué dirán empape tu disfraz. Lo secas con el recuerdo de mágicas alegrías y con el calor que sólo la experiencia puede dar. 
Hoy vi unas tiernas manos, por el disfraz del tiempo cubiertas, de la misma manera que las mías... algún día estarán. (JS)

Pan de alegria, manzana de tristeza

Foto extraida del Internet

Perdón por no ser pan de alegría cuando la manzana de la tristeza es tu comida. Perdón por ocultarte mis razones para sonreir cuando motivos tienes para llorar. Perdón por no estar ahí cuando más me necesitas.    (Js) 

viernes, 27 de agosto de 2010

Por los mineros chilenos....

Con pensamientos positivos excavemos la montaña que sepulta a los mineros chilenos. Demos gracias por sus vidas, por su trabajo, por los operativos de rescate. Oremos imaginando que con salud son salvados. Y sintiendo felicidad sincera en nuestro corazón démosle fuerza y amor. Les dejo con la foto de las caras de aquellos hermanos que necesitan nuestra fe. (Jsuarez)

jueves, 26 de agosto de 2010

Diferente

Ayer pude sembrar un árbol pero pisé una rosa. Hoy será diferente. (Js)

jueves, 19 de agosto de 2010

¿Sexo o hacer el amor? Tu pregunta, mi respuesta.

*Cuando haces el amor, el sexo es un enorme privilegio. Cuando haces sexo, el amor es una diminuta posibilidad.
*Haciendo el amor, el tiempo se detiene. Teniendo sexo, cinco minutos son suficientes.

*El sexo es una aventura. El amor un compromiso. Si haces lo primero, no es necesario saber nombres. Si haces lo segundo, hasta los apellidos se conocen. 

*El sexo exige condón. El amor caricias. Haciendo lo primero no importa si lastimas. Haciendo lo segundo, sí interesa la mutua alegría.

* Bendito sea el sexo, bendito sea el amor. Y más bendita sea, la mezcla de los dos. 
(Por Javier A. Suárez)

Corriente de gratitud


Gracias a Dios por Cristo, por mi madre y por los amigos que me han ayudado a recuperar las virtudes espirituales que el estrés me estaba quitando. No es bueno nadar con desespero aunque se esté ahogando. La corriente  me debilita y me sumerge cuando pataleo hasta el cansancio, pero  a la orilla me ha llevado, aún respirando, cuando  he flotado en vez de nadar. Nadar contra la corriente... se lo dejo al salmón. Graciasssssssssss. 

lunes, 16 de agosto de 2010

Los labios de la guerra que besaron la paz (...65 años más tarde...)

Foto Javier A. Suárez M. (Time Square, NY-Agosto 14-2010)
Foto famosa de Alfred Eisenstaedt- archivo online Life (NY- 1945)
Autoría del fotógrafo de la Marina Norteamericana,Victor Jorgensen.



Edith Shain, enfermera del beso. En el 2005. Foto Online.
Glenn McDuffie, enfermo ahora de cáncer, batalló todo el tiempo  por ser reconocido como el marinero que besó a la enfermera. Foto Online.
Foto Javier A. Suárez M. (Time Square, agosto 14,NY-2010) A los pies del beso, esperando a una enfermera.
Foto Javier A. Suárez M. (Time Square, agosto 14, NY-2010)

Por: Javier A. Suárez M. 
Una enfermera, un marinero y un fotógrafo se encargaron hace 65 años de convertir el final de una guerra en un inolvidable y eterno beso.
Eran las 7:00 de la noche de un cálido 14 de agosto de 1945, cuando el presidente Harry Truman anunció el final de la Segunda Guerra Mundial ( “La rendición de Japón fue el 15 de agosto de 1945, pero por el cambio de horario se registró en Estados Unidos cuando todavía era el día 14”). 
La noticia invadió no con bombas ni con disparos, sino con alegría,  el corazón de quienes la escucharon. La lista de muertos por el conflicto que podía haber superado los 40 millones de víctimas, ya no seguiría aumentando. Luego del anuncio de paz, la euforia se apoderó de quienes transitaban por la turística zona de Nueva York, conocida como Time Square.  El fotógrafo de la revista “Life”, Alfred Eisenstaedt, observaba a un joven marinero que besaba a cuanta mujer se encontraba. Cerca de él vio a una hermosa enfermera de 26 años de edad y presintiendo que hacia ella iría el marinero besucón, preparó su cámara fotográfica, con la que captaría segundos más tarde el casual encuentro de dos desconocidos, usados por la historia para  inmortalizar la noticia por medio de sus bocas. Ese famoso beso 65 años más tarde continua vigente y nos permite recordar el día que los labios de la guerra besaron la paz mundial.
Por lo anterior, el pasado 14 de agosto del 2010, en el mismo Time Square, se expuso una estatua de más de ocho metros de alto que evoca a todo color el beso de la pareja que el fotógrafo Alfred Eisenstaedt eternizó con su lente.
¿…Y quién la besó?
Hasta hace poco la mitad del beso era un misterio. Se supo con certeza que la hermosa enfermera era Edith Shain, quien murió en junio del 2010 a los 91 años de edad. Pero el dilema sobre la identidad del marinero prevaleció por varios años, hasta mediados del 2007 cuando tras décadas de pesquisas, con más de 10 hombres que decían ser el marinero, el departamento de policía de Houston declaraba el fin del misterio. Glenn McDuffie, enfermo ahora de cáncer, batalló todo el tiempo  por ser reconocido. 
Según diversas fuentes de prensa la confirmación del protagonista masculino del beso no deja a todos satisfechos: “Lois Gibson, una artista forense, que fue incluida en el libro Guinness de los récords tras ayudar a la policía de Houston a capturar a más de 1.000 criminales gracias a sus dibujos, ha trabajado a partir de ampliaciones de la fotografía y comparado los rasgos faciales usando la tecnología más avanzada. Asegura que sus resultados son fiables casi al 100%. Al menos, señala, nunca falla en casos de vida y muerte, así que en esta ocasión el trabajo resultó mucho más sencillo. Para McDuffie, la revelación de Gibson supone un respiro: “a gente decía que no estaba diciendo la verdad, que era un mentiroso. Pero a todos esos otros que afirmaban ser el marinero... Bueno, les diría que se hiciera la prueba del polígrafo. Yo he hecho 10 y los he pasado todos». Sin embargo, algunos de los otros aspirantes no aceptan el veredicto. Un policía retirado de 81 años, era hasta antes del 2007 el sospechoso número uno. Incluso la señora Shain, a la que Alfred Eisenstaedt consideraba la mujer de la fotografía, creyó en Carl Muscarello basándonse en preguntas sobre lo que hicieron aquel día.  Ambos posaron hace un par de años en Times Square para reproducir el beso. En declaraciones a The Times, Muscarello, desde su retiro en Florida, cuestiona a Gibson. La propia Shain, según McDuffie, ha aceptado con reservas el anuncio de que es él, y no Muscarello, el tipo que compartió con ella la euforia del confeti y la champaña, si bien «quiso mantener el contacto». Al cabo nadie, con independencia de la identidad del marinero, cuestiona la potencia de un retrato más grande que sus protagonistas”. Puntualizan diversas notas de prensa.

El mismo beso, dos fotógrafías 
La primera es la más famosa, y la hizo el reportero gráfico Alfred Eisenstaedt. La segunda es autoría del fotógrafo menos conocido de la Marina Norteamericana,Victor Jorgensen.
La primera foto se publicó en la revista Life, y la segunda en el New York Times, así que ambas tienen su gloria.  La primera presenta algo mejor el entorno (Times Square) y a la pareja, y se encuentra mejor expuesta, mientras que la segunda muestra con más detalle las reacciones de los  transeuntes.

viernes, 6 de agosto de 2010

La felicidad de la tristeza


Una de las escenas que más me impacta cuando viajo en el tren subterráneo de Nueva York, son la cantidad  de caras tristes que van en el mismo vagón. No importa si el rostro es de un chino, de un japonés (¡bueno!, son igualitos) de un alemán, de un mexicano, un colombiano, de cualquier latino, de un hindú o un francés, sea hombre o sea mujer, la tristeza en sus semblantes a distancia se ve. 

Puede ser una mezcla de situaciones y emociones que afligidos nos hacen parecer. Cansancio, frustración, odio, miedo, hambre, incertidumbre, soledad, egoísmo, insensatez... sea lo que sea, al destierro condena la felicidad de nuestro ser. 

No obstante como el tren que de Queens me lleva a Time Square, desde la tristeza hacia la alegría mi alma puede ir también. Cuando estamos felices, muchas personas no bendecimos aquello que nos da esa alegría. Y es entonces cuando llega la melancolía, que añoramos lo poquito o lo mucho que nos hace bien.

Ahí se encuentra la felicidad de la tristeza, cuando por las lágrimas navega nuestra fe hacia la dicha. Leí recientemente un libro que se titula "La Llave".  Su autor Joe Vitale, expone en un capítulo algo que podría convertir las causas de la tristeza en estímulos para la alegría. "Yo te amo"... en cualquier situación anteponer este sentimiento, pensarlo y decirlo, es en realidad una llave que abre milagrosamente la puerta de la calma y la fortaleza. 

"Yo te amo Dios". "Yo te amo vida". "Yo te amo (...)"  pon entre el paréntesis el nombre de lo que quieras amar, recordando que el amor libera sentimientos tan interesantes y poderosos como los que suelta el odio, sólo que este último casi a todo el mundo hace sentir muy mal. 

Por ejemplo: En cierto empleo que tuve el ambiente laboral era horrible. Envidia, traición, hipocresía, mediocridad, hostilidad, egoísmo, y demasiado chisme, eran las características principales de la mayor parte de empleados. Poco a poco  esa sombra negativa fue cubriendo mi rostro y como los del tren subterráneo, tristeza mi cara fue reflejando. Me estaba convirtiendo en un amargado más. Igualito a los individuos que me afectaban. Incluso hasta fastidio por mi trabajo llegué a experimentar. En un instante pensé no quiero ser así y bajo esa afirmación algo aconteció, mi primo Diego me regaló el libro en mención... "La Llave".  Y cuando usé la frase "Yo te amo"... "Yo te amo suegra. Yo te amo Dios. Yo te amo Universo. Yo te amo Cristo. Yo te amo lunes. Yo te amo chocolate con pan. Yo te amo jefe. Yo te amo (xxxxxx)- ahí escribí también los nombres de los hijos de puta que me hacían la vida difícil-.  Y les juró que milagrosamente las negativas circunstancias comenzaron a cambiar, tanto que ni yo mismo lo creo, y en ocasiones vuelvo al mismo vagón de desconciertos. No obstante el "Yo te amo" te levanta infinidad de veces. 

Excitado por el poder del "Yo te amo" me encontré en la calle a una amiga que desempleada estaba. Sin ir ella en el tren subterráneo de New York, su fisonomía era de extrema melancolía. Lo primero que intento fue inspirar lástima. Pero no lo consiguió. Antes de escuchar sus resentimientos contra el mundo, mi corazón le había dicho "yo te amo".  La magia del amor me permitió hablarle de él (...y ustedes saben que cuando uno tiene graves problemas no quiere que le hablen ni mierda y menos de cosas de fe, amor, positivismo, esperanza, cambio... en fin.) Le pregunté: ¿Qué te haría sentir bien ahora? me respondió: "Un buen trabajo donde yo pueda dar lo mejor de mí, en el que pueda ascender y dinero obtener".  ¡Bueno! ¿ Y cómo sabes lo que quieres? - le interrogué de nuevo.  "Pues porque nada de eso ahora tengo y es lo que me hace falta, es lo que quiero"- me contestó.  
Le pedí entonces que amara su desempleo porque a partir de esa situación, ella pudo saber con claridad que era lo que en verdad quería. Les juro por mi hija (Upss lo que tengo que decir para que me crean) que volví a encontrar a dicha amiga unas horas después y me dijo con alegría, "gracias por el 'yo te amo'". Me comentó que luego de hablar conmigo se topó a un comerciante. Y que tan pronto ella lo vió, le expresó con su corazón el "Yo te amo". Pues el comerciante al escucharle que estaba buscando trabajo, le hizo llenar una solicitud de empleo en su oficina. No sé si el puesto le daría, pero vi a una mujer abriendo puertas, usando con felicidad su tristeza. Algo que sin el "Yo te amo" le hubiese sido imposible.

En fin, en mi caso puedo decirles que las personas con las que trabajé, siguen igual. Pero yo no. El amor me permite ahora mirarles sin odio, sin miedo, sin rencor. No digo que los abrazo y los beso, es más, a muchos ni les hablo, pero ya no están gobernando mi corazón. Ya mi estado de ánimo no depende de ellos, ni de su actitud, sino de la mía. 

Esta nota debí titularla "El poder del Yo te Amo", pero  como la pensé mientras viajaba en el tren subterráneo, viendo tanto rostro agobiado, imaginé que diferente todo sería, si paz a la angustia le inyectamos, hallando en la tristeza positivas razones para viajar hacia la alegría. Inténtalo. ¡Ah! y no olvides que... "Yo te amo".  
(Por JSuarez)

jueves, 5 de agosto de 2010

Alzheimer cura la impotencia sexual.


Expertos dicen que el alzheimer es bueno para los hombres con impotencia sexual, porque se les olvida que no se les para, y entonces... (jsuarez)

miércoles, 4 de agosto de 2010

Aleteos entre crisis y deseos


Intercambiando migajas de pan por aleteos de palomas, un anciano a la mañana le roba unos instantes de paz. El volar de las aves su mente entretiene, mientras un enorme letrero en inglés, recuerda  el afán que el mundo tiene por vender y vender. Dos mujeres caminan en diferente dirección, quizás con el mismo deseo, hallar  entre la crisis financiera positivos aleteos, como los de las palomas que vuelan junto al viejo. (Foto tomada en Union City- New Jersey, por Javier Suárez- 2009)

martes, 3 de agosto de 2010

El brillo de las 50 estrellas... los inmigrantes

La bandera de los Estados Unidos tiene plasmadas 50 estrellas. Una por cada estado que tan bella Nación contempla. No serían más que un adorno llamativo dentro de un llamativo emblema. Pero como las estrellas del cielo brillan por su propia luz, las de la bandera norteamericana por sus inmigrantes al mundo destellan. Es el estandarte  más izado en la tierra e incluso fuera de ella. Astronautas americanos de sangre extranjera también han llevado al espacio el pendón que  todo el  Universo hoy aprecia. Y son las diversas culturales que crecen bajo las 50 estrellas, la luz de un país que brilla como potencia. (Por Javier Suárez)