jueves, 19 de agosto de 2010

Corriente de gratitud


Gracias a Dios por Cristo, por mi madre y por los amigos que me han ayudado a recuperar las virtudes espirituales que el estrés me estaba quitando. No es bueno nadar con desespero aunque se esté ahogando. La corriente  me debilita y me sumerge cuando pataleo hasta el cansancio, pero  a la orilla me ha llevado, aún respirando, cuando  he flotado en vez de nadar. Nadar contra la corriente... se lo dejo al salmón. Graciasssssssssss. 

1 comentario:

  1. Javi entiendo lo que dices, muchas veces me ha tocado nadar contra la corriente y creo que aun lo sigo haciendo, tanto que ya no me quedan fuerzas para seguir intentarlo.-

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