viernes, 11 de enero de 2013

Un... se me ocurrió


¡Te amo!!! Quizás si dejo de repetirlo tantas veces, podría empezar a olvidarte y jamás volver a recordar que eres el amor de mi vida. 

(Por Js)

martes, 8 de enero de 2013

Historia de motel... “Tu recuerdo nos hizo vestir”


Todo estaba listo para asegurarme que podía olvidarte. Qué mi pasión aunque te extrañe de tus caricias no depende. Que mi cuerpo puede excitarse por los besos de otra boca y ante las formas sensuales de otra piel ardiente.

Inútil aquel carnal intento de intentar olvidarte. Mis sentidos casi enloquecen. En sus labios sentía tu boca. Y aunque era una compañía hermosa, tu belleza ausente estaba ahí presente.

En sus hombros yo debía suspirar. En sus hombros me puse fue a llorar. No pude penetrar en la complicidad de mi aventura. Mi mente estaba turbia y mi corazón igual.

Desnudo en cuerpo pero abrigado en las imágenes de nuestro amor. Le fui sincero y ella lo entendió. Y aunque ahora no te tengo, todavía tuya es mi pasión. Fue un error querer quemar en otra llama tu fuego. Incendio que ha de extinguir sólo Dios.

Todo estaba listo para asegurarme que podía olvidarte. Qué mi pasión aunque te extrañe de tus caricias no depende. Que mi cuerpo puede excitarse por los besos de otra boca y ante las formas sensuales de otra piel ardiente. Pero... Tu recuerdo nos hizo vestir.

Por Javier Suárez- Js

Historia de motel... “Tenía ganas de ser infiel”



Tenía ganas de ser infiel. Desafié a la pasión. La invité a humillar al amor. Pensé que así no te pensaría. Sentí que así no te sentiría y quise experimentar.

Tenía ganas de ser infiel. Llegamos al viejo y cómodo motel. Ambos con ganas de hacer sudar nuestra piel. Habitación 110, primer nivel.

Tenía ganas de ser infiel. Entre mis brazos la tomé y sus labios besé. Estaba bonita. Lucía sensual. Su existencia perfumada la hacía desear.

Tenía ganas de ser infiel. Bajé un poco la luz y lentamente su cuerpo desnudé. Estaba bonita. Lucía sensual. Su existencia perfumada la hacía desear.

Tenía ganas de ser infiel. Ante ella la ropa me quité. Sus manos empezaron mi cuerpo recorrer. Estaba bonita. Lucía sensual. Su existencia perfumada la hacía desear.

Tenía ganas de ser infiel. Había nerviosismo, permanecíamos de pie. Hambre de pasión, sed de placer . Besaba divino y divino acariciaba también.

Tenía ganas de ser infiel. La cama ancha sintió nuestro peso. Y entre beso y beso, las románticas palabras se transformaban en suaves gemidos.

Tenía ganas de ser infiel y no pude poseer a esa bella mujer. Tu recuerdo nos hizo vestir.

Por Javier Suárez/ Js