martes, 8 de enero de 2013

Historia de motel... “Tenía ganas de ser infiel”



Tenía ganas de ser infiel. Desafié a la pasión. La invité a humillar al amor. Pensé que así no te pensaría. Sentí que así no te sentiría y quise experimentar.

Tenía ganas de ser infiel. Llegamos al viejo y cómodo motel. Ambos con ganas de hacer sudar nuestra piel. Habitación 110, primer nivel.

Tenía ganas de ser infiel. Entre mis brazos la tomé y sus labios besé. Estaba bonita. Lucía sensual. Su existencia perfumada la hacía desear.

Tenía ganas de ser infiel. Bajé un poco la luz y lentamente su cuerpo desnudé. Estaba bonita. Lucía sensual. Su existencia perfumada la hacía desear.

Tenía ganas de ser infiel. Ante ella la ropa me quité. Sus manos empezaron mi cuerpo recorrer. Estaba bonita. Lucía sensual. Su existencia perfumada la hacía desear.

Tenía ganas de ser infiel. Había nerviosismo, permanecíamos de pie. Hambre de pasión, sed de placer . Besaba divino y divino acariciaba también.

Tenía ganas de ser infiel. La cama ancha sintió nuestro peso. Y entre beso y beso, las románticas palabras se transformaban en suaves gemidos.

Tenía ganas de ser infiel y no pude poseer a esa bella mujer. Tu recuerdo nos hizo vestir.

Por Javier Suárez/ Js


No hay comentarios:

Publicar un comentario

No olvides dejar tu comentario