viernes, 15 de agosto de 2014

Mi selfie de tristeza, amor y esperanza.


Recordemos que el sefie o selfy significa basicamente el auto retrato que se toma con una cámara fotográfica especialmente digital. Por lo general expone una toma divertida, sensual, alegre, vanidosa, atlética y en la mayoría de los casos se hace frente a un espejo y haciendo muecas. Este selfy no tiene ninguna de esas características. Pero igual que los demás busca compartir un instante, una emoción, un mensaje, un sentimiento.

Tomé mi Samsung Galaxy 4 con la mano derecha, mientras con la izquierda sostenía con delicadeza la mano sin fuerza de mamá. Ya por Facebook e Instagram he compartido parte de este proceso. Mi retorno a Colombia desde Nueva York hacia un hospital en Ibagué, Colombia. Luego besando esa misma mano que en aquel entonces (un mes atrás) podía moverse suavemente. Así empezó una especie de algo que ahora denomino "Selfiefeeling", una foto con sentimiento. 

Mamá reposa inmóvil en cama. Lentamente parece avanzar hacia un viaje celestial. Estoy a su lado, como muchos que la aman. Como muchos que a distancia espiritualmente nos acompañan. No hay selfie que capte la respiración agónica de mi madre, ni el desgarre de mi alma. No obstante el besar su mano, como lo hice cuando alentada se hallaba, decidí fuera la escena para compartir mi ansia. 

Para este selfie y antes de sostener ese brazo que la ictericia ha pintado de amarillo, color que en cada parte de su piel se plasma, como resultado de la cirrosis hepática agresiva que me la arrebata, hemos con mi familia vivido instantes tan dolorosos a la vista, al tacto, al olfato, al oído, al corazón mismo, siendo el espíritu y no una cámara, el que dicho tormento retrata.. 

Es mi selfie de tristeza, amor y esperanza. Es también una invitación gráfica para que demuestres el amor que sientes por amor y no por lástima. Es decir, si esperas que una persona agonice para decirle que la amas, tú también estás muriendo, aunque no estés postrado en una cama. Los cuidados que das en agonía son tan valiosos como los que brindas cuando no pasa nada. 

Que mi selfy te inspire a dar ese paso que por soberbia, indiferencia o frialdad no has dado. A consentir a quien aún tiene un color de piel normal en sus brazos. A quien todavía con tranquilidad respira. 
Que mi selfy te inspire a llegar ante un enfermo y su familia, con una actitud de apoyo más que de visita. Que te inspire a ahorrarte los halagos que nunca expresaste cuando quien los merece podía escucharlos. 
Que mi selfy te inspire a estar preparado para bendecir la vida aun cuando se esté acabando. A reconocer que todo tiene un final como parte de un principio y que todo empieza para acabar. 
Que mi selfy te anime a sembrar con amor para luego recoger de la misma forma, pues no sabemos si tendremos a nuestro lado quien nos acompañé con dicho sentimiento en nuestra última agonía.

Por Javier Suárez (Js)

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