viernes, 15 de agosto de 2014

Buenos días Dios. Buenos días amigos.


Abro un poco la ventana para saludar el día y a Dios alabo por esta radiante mañana que con esperanza calienta esta agonía. 
Si bien sus quejidos por el dolor desgarran el alma de quien los escucha, luego de una noche tan eterna como bendita, es alentador ver la voluntad del Creador en el majestuoso sol que nos ilumina. 
Por fuerte que sea la tristeza, esta jamás podrá ser más grande que el Universo. De ahí que con fe y gratitud en bendiciones se convierte hasta el sufrimiento. 
Que toda oscuridad que cubre de alguna manera hoy nuestras vidas sea la oportunidad divina para que brille en nosotros la luz celestial. 
Gracias por sus oraciones y solidaridad con relación al frágil estado de salud de mi mamá. Tan valiosa y primordial buena vibra, es una especie de divino sol que irradia de fuerza mi corazón para soportar esta agonía. GRACIAS. BUEN DIA.

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