miércoles, 6 de octubre de 2010

Extraño mi edad de piedra


Por Javier Suárez
Esta mañana cuando intenté calentar mi taza de té en el microondas, inconscientemente en vez de los 65 segundos que necesita mi té para estar hirviendo, casi tecleo mi password de facebook en el marcador de tiempo. Tuve entonces un instante de reflexión y a mi mente llegó la mezcla de otros similares sucesos. De los cuales te comparto los siguientes:

1.Recordé que la semana anterior vi en una tienda un hermoso juego de cartas de póquer . Sentí el impulso de comprarlo. No lo hice. ¿ Para qué? Si desde que uso los juegos de la computadora no empleo naipes verdaderos  hace años.

2.Me puse a reír y a extrañar un poco mi edad de piedra. Cuando para llamar a una amiga por teléfono tenía sólo un número para marcar. Ahora debo ver primero si estoy marcando al aparato de su casa, al de su auto, al de la oficina o intentar ubicarla por algunos de sus 3 celulares, rogando que una computadora sensual no me responda: “el  número que usted ha marcado no se encuentra disponible, por favor… etc.”.

3.Añoraba tanto mi edad de piedra que ni sentía que me estaba quemando la jeta, con el té caliente. Cuando llegué a la oficina le envié  por  e-mail  a un colega mi anécdota. El hombre me respondió también por e-mail, que a él  le pasaba lo mismo. Ambos entonces nos miramos y nos reímos, sobre todo, al caer en la cuenta que estábamos sentados uno al lado del otro y que en vez de escribir podíamos haber dialogado. 

4.No obstante la divertida situación de blanco a oscuro cambió . Mi colega se percató de haber olvidado en su casa el  celular. Entró en pánico. Olvidar el celular en cualquier lugar, motivo de estrés universal. Además es la única forma de recibir un mensaje de texto de algún ser querido, que aunque viva con nosotros nunca vemos, por ejemplo, un hermano, un hijo. Sin el celular a mano, afirma mi colega, le será imposible encontrar a la esposa cuando ambos en el supermercado se pierdan, aunque estén separados sólo por un pasillo.

6.En mi edad de piedra conocía a una chica en un restaurante, en un parque, en una fiesta,  ahora en una red social. Más vale tener correo electrónico que buenas intenciones. Si no se tiene e-mail ni con la familia contacto se podrá tener.
No obstante algo que aplaudo de la tecnología es que nos permite a  todos ser buenos bromistas. Mi ex cuñada Elvia es pésima contando chistes, pero muy graciosa reenviándolos por MSN. Muchos de sus cuentos me han hecho ver estúpido , ante quienes me han visto reír a carcajadas solo y frente al PC..

7.Estoy seguro que sin haber terminado de leer esta nota, tú ya sabes con certeza a quien se la enviarás por correo electrónico.  Estás tan idiotizado leyendo este chisme que no te fijaste que falto el número 5 en esta lista. ¡jajajajaj! 


8. Te regresaste para verificar que efectivamente faltaba el numero 5. ¡Qué ciber-distraído eres!!!!

9. Ahora estás riéndote y riéndote de ti mismo.

10. Y para cerrar con broche de oro nuestra adicción tecnológica, a puesto  a que aún tienes la mano sobre el mouse -  ¡jajajaja! Lo dicho!!  Creo que como yo, extrañas también tu edad de piedra. Abrazos.

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