Por Javier Suárez (Js)
Vivo cerca de la ciudad de Newark, lugar donde será enterrado el cuerpo de la cantante Whitney Houston. Un hecho que atrapa la atención mundial hacia esta localidad en el estado de New Jersey, violenta e industrial. Gobernada por un joven alcalde, Cory Booker, dueño de un gran carisma y habilidad política, pero víctima en su gestión de la azotadora crisis económica de la Nación.
Por estos días poco o nada se hablará de los tiroteos mortales que casi a diario impactan en la paz de la multicultural comunidad de Newark. Mucho se oye sobre la trayectoria artística de la fallecida cantante, que nació en Newark, 9 de agosto de 1963. Millones la aclamamos, la extrañan, la idolatran, la lloran, le rinden tributo- por cierto- muy merecido. Según Guinness World Records es, hasta la fecha, la artista más galardonada de todos los tiempos. Su voz tiene el tono de una soprano. Ann Powers de Los Angeles Times se refiere a la cantante como un "tesoro nacional". Houston es comúnmente conocida como «La Voz», en referencia a su talento vocal excepcional.
Pero "La Voz" artística que fue escuchada por millones opacó el grito de auxilio que su alma lanzaba. La coprotagonista con Kevin Costner de la película "El Guardaespaldas" e intérprete de la banda sonora de dicha cinta, siempre contó con la asistencia de enormes escoltas que la protegían de las multitudes, pero enfrentó casi sola su adicción a las drogas y a poderosos calmantes. Nada raro en el brillante mundo opaco de la farándula. Millones oramos hoy por su espíritu. Millones nunca oramos por ella cuando viva enfrentaba sus reales fantasmas. ¿ Qué sería de ella ahora, de Michael Jackson o de cualquier artista o persona adicta que muere a causa de un deteriorante vicio, si todas las atenciones que se les ofrece al fallecer, se les obsequia en vida, justo cuando más lo necesitan? Si las oraciones mundiales se hubiesen dado en en marzo de 2004, durante los cinco días de estancia en un centro de rehabilitación de drogas — o en marzo de 2005 cuando la situación se volvió a repetir durante dos meses, es muy probable que la fe colectiva y las muestras del multitudinario afecto, le hubiesen ayudado a superar el problema. Si las banderas en el Estado de New Jersey hubiesen sido ondeadas a mediana asta, como lo hace ahora por luto, cuando la cantante sintió que perdía su prodigiosa voz, quizás esa muestra de solidaridad oficial la pudo haber motivado más para triunfar sobre su adicción. Si a los millones que hoy lamentamos su muerte, que escuchamos una y otras vez sus canciones, que ponemos flores en los altares improvisados, que colgamos en facebook sus videos, nos preguntaran ¿ Qué hicimos por Whitney cuándo las noticias anunciaron sus adicciones? es probable que respondiéramos lo que probablemente respondería Hollywood, New Jersey, la policía, el FBI, los médicos, los sicólogos, la prensa y la mayor parte de quienes rodearon a la cantante.... "Nada". 
Claro que no sobran las muestras de afecto. Aunque tardías, no dejan de ser positivas. Algún día aprenderemos en vida a oír la voz del alma como escuchamos la de las "gargantas".
Información de la artista en Wikipedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No olvides dejar tu comentario