martes, 11 de septiembre de 2012

Puta impotencia... Dulce calma

Déjame gritar soledad esta puta impotencia, para que luego pueda sentir también la dulce calma. ¡Oh! parientes benditos que le acompañaron en su lecho de muerte y harán lo mismo hasta su última morada. Me lastima el dolor que ahora sienten,
tan fuerte como el de los ausentes que sufren en la distancia. Soy consciente que ahora la abuela descansa. Pero no se llora por egoismo, sino por la herida que la muerte de un ser querido causa. Admiro la fortaleza de quienes en cuerpo presente, calmaron sus dolencias, y sus medicinas le daban. Por mis familiares que con ella y por ella se desvelaron, soportando con amor el padecer y el cansancio. Admiro la fortaleza de quienes lejos de la abuela también vivieron con el corazón en la mano. Pues sufre tanto el que distante de ella se encuentra como el que la tenía a su lado. Viene entonces la dura prueba de la invisible presencia de la madre, tía, suegra y abuela que tanto nos amó. Aunque ella no adoró a todo el mundo, tampoco ella a nadie odió. Abuelita muchas gracias por tu existencia, ahora espiritual. (Js)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No olvides dejar tu comentario