lunes, 3 de septiembre de 2012

Discurso de presentación de la I Feria de Manizales en Nueva York


*Buenas tardes paisanos... Buenas tardes, amigos de Colombia. 
Para conocer o recordar lo que significa esta gran fiesta tradicional, debo remenbrar o exponer , un poquito de lo grande que Colombia es. Nación de América del Sur que tiene costas en el océano Pacífico y en el Mar Caribe. Bajo su firmamento cerca de 50 millones de habitantes residen. Vigésimo sexto país más grande del mundo. Con regiones que se destacan por su historia y por costumbres como la que ahora vislumbro. 

En su geografía encontramos a la pujante y siempre 'pa' delante Medellín. A La salsera ciudad caleña, la marítima Santa Marta, la histórica Cartagena, la currambera Barranquilla, y la inmensa capital, que crece sin parar, Santafe de Bogotá. No puedo olvidar la localidad dónde nací, Capital Musical de América la llaman por ahí... Me refiero a Ibagué, la tierra de mi madre y de mi hija Valeria. Y es rodeando esta bella ciudad o cruzándola a ella, que desde el centro del país, a la Feria miles llegan. 

La ruta y el clima se vuelven fascinantes. El campo hace su aparición. Gigantes montañas y profundos cañones llaman la atención. Empieza a oler a tierra , a estiércol de caballo, a fruta fresca. A mierda de ganado , a río limpio, a agua fresca. Pero es el rey de los aromas colombianos el que nos indica que hacia Manizales vamos... Es el olor a café... señores, al suave café colombiano,a ese aroma de sabor atractivo que nuestro Juan Valdez internacionalmemte ha compartido. 

Olor a café, sembrado, cosechado y recogido a mano. Señal que ya en el eje cafetero estamos. Que andamos por el departamento del Quindio y su cálida capital Armenia, donde fincas cafeteras coloridas y bellas al turismo con cordialidad hospedan. Olor a café que nos indica con agrado, que por los límites del Risaralda vamos. Que de su atractiva capital, Pereira, estamos al igual muy cerca. Tierra cafetera por excelencia, que junto a poblaciones pequeñas como Santuario, le muestran al mundo de mano al ecosistema que allí el amor como el café también se siembra. Y enredados en la magia de tan topográfica belleza un letrero nos alerta... la Capital del departamento de caldas está cerca, Manizales nos espera. 

Y así es como se llega, o una de las maneras, de arribar por tierra a tan importante Feria... La Feria de Manizales. Empieza el primer fin de semana del año y termina al siguiente. Cerca de 500 mil manizalitas dan la bienvenida con ambiente efervescente. En la feria de manizales, bajitas, altas, delgadas, gorditas, morenas, blancas, adultas, jovencitas... toda mujer es respetada, toda mujer es bonita. Sin importar la edad, el hombre manizalita manifiesta cordialidad, expone alegría . Cientos de caballos de fino galopar, convierten sus elegantes pasos en conciertos de sonidos que a los sentidos hacen erizar. 

Ole... Ole.. Ole torero se logra escuchar en las jornadas taurinas de talla internacional. Llamativas artesanías visten la curiosidad y la moda de quienes en la Feria logran estar. En Manizales no sólo el café tiene exquisito sabor y aroma, también tiene belleza . Más de 20 naciones envían sus candidatas al reinado internacional del café y mientras a dichas soberanas se les corona, la música se escucha y se baila por doquier. Tango, corrillos, salsa, rock, vallenato, merengue, pasillos y por su puesto paso dobles, como aquel que todo colombiano conoce y canta con fervor... 
Ay Manizales del alma. 
Ay Manizales de ensueño. 
Con los zafiros del alba 
Borda su ofrenda mi sueño. 

Gracias a los organizadores por enfrentar el tremendo reto de traer a Nueva York este evento. Gracias Manizales... 
Por Javier A Suarez Martinez 
Periodista






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