miércoles, 5 de septiembre de 2012

Gracias por recordarme la importancia de agradecer


Hoy recibí un email de una persona de España. Me habla de un artículo que escribí hace casi tres años. Esa nota la puse en mi blog. El hombre la leyó y su comentario me invitó a reflexionar de la misma forma que yo invité cuando la escribí. "Una piedra de gratitud" es el título del escrito. Pues bien, en esas líneas hablo sobre algo que vi en la película “El Secreto” . La bella experiencia de un hombre que cada noche al llegar a casa, vacía sus bolsillos y de ellos extrae una piedra de río normal pero especial para él. La llama la piedra de gratitud. Al tomarla en sus manos comienza a dar Gracias por todo lo que considera debe ser agradecido y que durante el día obtuvo o vivió. De esa manera afirma, que pese a lo difícil que la jornada haya estado, se puede dormir tranquilo y con gran esperanza. El sol es más grande que cualquier nube gris. Y el sol que hay en ti, en mí... Es divino. El comentario de este lector desconocido llegó en el momento justo y preciso a mis sentidos... Pude con calma y honestidad expresar mi sentir ante una situación que amargaba mi alma. Gracias

Anexo a ustedes el texto del artículo que sobre la piedra de la gratitud alguna vez escribí.

Una pareja cubano americana que se encontraba viajando por Jerusalén sufrió un accidente. En el percance murió la mujer. Al recién viudo le dicen que si la quiere enterrar en Tierra Santa el costo sería de $500 dólares. Otra opción era llevar el cuerpo a los Estados Unidos, el valor sería de cinco mil dólares. El hombre afirma que quiere retornar el cadáver de su esposa a Union City en New Jersey, aunque le resulte más caro. Le preguntan con extrañeza -¿Porqué..?- Si le resulta mucho más económico y santo dejarla aquí. La respuesta del viudo fue: ¡Chico! Hace años enterraron aquí a un hombre y resucitó a los tres días, mejor me aseguro que ese milagro con mi mujer no se repita y la sepulto en Estados Unidos. 

Lo anterior fue para mí un chiste, flojo, aburridor, pero chiste al fin. Me sacó de un momento en el que me hallaba algo amargado. Sonriendo le agradecí a Dios por el amigo que me lo envió por correo electrónico. Esa acción me hizo recordar que en el bolsillo del pantalón tenía mi piedra de gratitud. Sería una piedra normal pequeña, de esas que se encuentran en la playa y que sirven para adornar los acuarios. Pero ¡No! Esta no es una roca común, es una piedra de gratitud. ¡Sí! Piedra de gratitud ¿Saben porqué? ¿En realidad les interesa saberlo? ¿Están seguros de querer conocer la respuesta? ¿De veras, en serio...? Mejor dicho, antes de que yo les saque a ustedes la piedra, pero de la rabia, les diré en que consiste mi piedra de gratitud. Muchas veces en boca del Pastor Pablo Flórez de la iglesia Bautista Nazareth, en West New York (New Jersey) escuché sobre la importancia de dar a Dios las gracias. Nunca se lo dije al carismático evangelizador, pero en silencio le pregunté: ¿Gracias... Gracias de qué? Si estoy más “jodido” que mono en jaula. Estaba tan aferrado, tan acostumbrado a pensar y pensar en mis problemas que me volví un quejumbroso de tiempo completo y hasta over time también. 

Me duele esto y aquello. Me falta dinero para esto y aquello. Mi jefe es insoportable por esto y aquello. Tengo compañeros de trabajo que son esto, aquello y hasta más. Esto nunca va a cambiar, aquello tampoco. Mi madre es aquello, mi hijas es esto, y mi ex es ambas cosas- ¡Miércoles!- En verdad yo era una pesadilla con pies y orejas. Hablaba y pensaba con tanto miedo, con tanto pesimismo, con tanto negativismo que sólo cosas similares a esos sentimientos vivía cada día. Me transformé en un imán que atraía con fuerza tristeza, temor, frustración, rechazo, escasez, enfermedad, mejor dicho ya ni lástima inspiraba. 

Por desvelarme tanto pensando en las cosas que no quería e ignorar las que quería ( Un estómago sano, una relación laboral respetuosa, mejor salario, una pareja amorosa, un auto nuevo, un corte de cabello sin trasquilar, o simplemente una taza de café colombiano recién hecho... etc.) Les juro que ya ni luz veía al final del túnel, lo peor de todo es que ciego me portaba ante tantas bendiciones que me sucedían. Es decir, me había olvidado de dar las gracias. Agradecer es la mejor forma de sabe que existen más caminos con mejores destinos. 

La recomendación del pastor me llegó a la memoria cuando leí un libro muy especial para mí. No les diré el título, ya que si a alguien no le gustó esa obra, quizás le pierda entonces interés a mis palabras ¡Bueno! Si es que alguien lo tiene. En fin, en tan fascinante composición uno de los personajes cuenta que tiene una piedra de gratitud, muy similar a la mía. Dice que cuando tuvo un fuerte problema se dedicó a agradecer por las cosas que , aunque insignificantes parecieran, él consideraba le eran buenas para su vida. Me dio por hacer lo mismo. Antes de salir de casa tomé una piedrita del acuario de mi pulguita, mi hija Valeria y la puse en mi bolsillo. Al mismo tiempo agradecí que mi nena estaba saludable. Agradecí por que tenía un empleo. Agradecí por la taza de café con leche del desayuno, por la vaca que la produjo, por el dueño de la vaca, por el que transporto la leche hasta el supermercado, por el dueño del supermercado que puso ese negocio en el que puedo conseguir la leche para mi café, por el sueldo que ganó ( Aunque aspiro a ganar más) y con el que pude comprar el galón de leche. Sin darme cuenta, ya tenía varios motivos por los cuales dar gracias. 

Al llegar en la noche a casa, saco las cosas de los bolsillos y al tomar la piedra de gratitud, agradezco antes de dormir por hechos ocurridos en el día. ¡Caramba! Por mal que le haya ido a uno, algo debió suceder no tan malo. Ese algo es la llave pequeña para abrir la enorme puerta de la esperanza. ¡Por Dios!!! De lo que me estaba perdiendo. Agradecer es hermoso, sano, positivo. Cuando se agradece el alma deja de ser amargada, el cuerpo más saludable y la vida más positiva. Aprovecho para agradecer a mi madre. Ella pintó un diminuto y hermoso paisaje en mi piedra de gratitud. Por último, gracias a ustedes por su tiempo, deben ser unos desocupados en la vida para ponerse a leer esto. ¡Jajajaja! Mentiras, de corazón... muchas gracias. GRACIAS. 
Por Javier Suárez (Js)








2 comentarios:

  1. Es cierto! la gratitud por lo que vivimos por lo que poseemos y por como somos en nuestro diario vivir, gracias siempre hay algo bueno en cada uno de tus escritos, reflexión entusiasmo diversión y el reencontrarse con uno mismo.

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  2. Es cierto! la gratitud por lo que vivimos por lo que poseemos y por como somos en nuestro diario vivir, gracias siempre hay algo bueno en cada uno de tus escritos, reflexión entusiasmo diversión y el reencontrarse con uno mismo.

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