jueves, 13 de septiembre de 2012

Mi abuela me hizo conversar con Dios

Por Js
La mami de la mía falleció. Hoy su cuerpo se abriga con la tierra que por años caminó. La muerte de mi abuela me hizo hablar con Dios. 

Ayer, un día antes de su entierro mis emociones se contradecían. Lloraba sin parar por instantes, que luego de breves calmas, se repetían y repetían. ¡Bueno! Y se seguirán repitiendo, pues el sufrimiento como la alegría vienen juntos en el mismo paquete de la vida. 

Como todo aquel que “pierde” a un ser querido, padezco esa agonía. Y es en medio de la marcada angustia que recuerdo, que existe un bello cielo y hacia el entonces mis ojos miran. Mirada acompañada de lamentos y de muchos “Dios dame fuerzas, Dios dame energía”. 

Con mi propia voz me pregunté si fui un buen nieto. La respuesta que me dí ni me liberó, ni me condenó. La ambigüedad seguía. Lloraba sin parar por instantes, que luego de breves calmas, se repetían y repetían. Llegué a sentirme hipócrita y hasta víctima. 

No obstante hice de nuevo lo que en ocasiones vengo haciendo... Agradecer. Di gracias a Dios por la vida de mi abuela, por los momentos de felicidad que a su lado pasé, por los remedios caseros que me daba al enfermar. Por la lista interminable de consejos y por la cantidad de caprichos que me alcahueteó. Y entonces, la gratitud y mi abuela me hicieron conversar con Dios. 

Dios me dijo una vez más, de tantas veces que ya me lo ha dicho, que todo tiene un propósito divino, aunque cada cual le de a lo que le sucede, el significado de su libre albedrío. El dolor por la partida física de mi abuela, junto a otros hechos recientes, se mezclaron para hacerme sentir fracasado y con mala suerte. Entonces... La gratitud y mi abuela me hicieron conversar con Dios. 

Busqué en youtube una canción relacionada con la muerte de un ser querido, hallé un video cristiano que se titula “Le pedí a Dios”, su contenido fue parte de ese diálogo que tuve con el Creador. Y la charla siguió. Luego encontré el video de “Conversaciones con Dios”. Por medio de los hechos, de mis sentimientos, de las emociones, de las experiencias espirituales de otras personas, y de la partida de mi abuela, El me dijo que aunque me asustara no temiera. Que aunque me debilitará no me rindiera y que todo lo podía en la fe que me fortalecía. Me dijo que pensará, hablará y actuara de acuerdo como creyera que el amor lo haría. 
Y así fue como pude irme a la cama tranquilo. Así es como hoy dejo ir a mi abuela. Lleno de gratitud por su existencia, por la de mi madre, por la de mi familia, por la de.... y la vuestra.

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