Foto/Javier Suárez >Central Park, NY, 24 NOv.011 |
Varias veces he escrito sobre la importancia del positivismo, el poder del negativismo; Sobre la magia fascinante de la fe y el efecto devastador de la tristeza. He redactado acerca del deterioro del pasado, la vulnerabilidad del futuro y del presente su grandeza... Algunas veces inspirado en experiencias propias, otras tantas en vivencias ajenas.
Caminando en el Central Park de Nueva York, vi a un hombre construyendo una gran burbuja y a otro metiéndose entre ella. En ese instante pensé que así me encontraba yo, dentro de un globo de dilemas que se tragaba mi cabeza. Luego vino una chica china y se repitió la escena, el hombre elabora una nueva esfera y la china chica se mete en ella. En ese instante pensé que así yo me encontraba, dentro de una vejiga transparente de temores que crecía y me devoraba.
En todos los casos la burbuja fue pasajera. En todos los casos se reventó. No importa como se ingrese a ella, con alegría o con aflicción... La bomba se revienta y untados todos quedan de agua y jabón.
En mi realidad es igual. Hago mis propias burbujas y vivo dentro de ellas una historia que muchas veces es opuesta a la verdad. Algo así como "hacer una tormenta en un vaso de agua" o crear un mundo infinito dentro de una burbuja limitada. Cuando explota la bomba vemos los colmillos del monstruo que nos quiere tragar, o la suave tez de las bendiciones que nos intentan alcanzar.
Ignorar o tratar de cambiar lo que nos sucede metiendo la cabeza, "las patas", el corazón o lo que sea, dentro de burbujas mentales que hagamos o que otros nos generan, al final del cuento solo dejan, un recuerdo fugaz de ilusiones en un reguero de falsas emociones.
Para que la felicidad dependa de uno mismo y no de una burbuja, el amor, el perdón, la fe y el presente, siguen siendo las mejores alternativas.
Métete en la siguientes burbujas ( jajaja, mentiras) Mejor, navega en los siguientes enlaces de Internet y quizás escuches como yo, unas voces imaginarias que te invitan realmente a ser feliz, a ser auténtico:
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