miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Oh Dios! gracias por el "thanks"

Por Javier Suarez (Js)
El cuarto jueves del mes de noviembre se celebra en los Estados Unidos el Día de Acción de Gracias. Una fecha que le permite al pueblo norte americano recordar algo que pasó hace muchos años. Los primeros inmigrantes provenientes de Europa festejaron junto a los aborígenes el éxito de la cosecha. Pero antes, el invierno inclemente y diversas enfermedades habían convertido el sueño americano de estas colonias en pesadillas de muerte y hambre.

La gratitud es la invitada especial a esta fiesta. También es la consentida dentro de muchas referencias bíblicas (http://www.paginasprodigy.com.mx/tmx6295428334/pagina42153.html). Pero de igual manera es la fuerza olvidada por muchas personas, por muchas familias, por muchas empresas, por muchas parejas, por muchos trabajadores, por muchos gobernantes, incluso por mí, por ti, por ellos... en fin. 

Cuando intenté evocar la última vez que di las gracias con sinceridad a Dios o a alguien por algo, me tuve que esforzar mucho para recordar. Aunque frecuentemente me la paso diciendo "thanks" o "gracias" ante cualquier interacción que se presenta, lo hago mecánicamente. Más como una costumbre social que como una acción espiritual. 

He sido bendecido varias veces por el efecto de la gratitud. Y eso que no soy un agradecido consagrado. Al mundo en general le es más real hablar, invocar, discutir, recordar todo sobre las crisis, las necesidades, sobre todo aquello que justifique la deslealtad hacia Dios, hacia el amor, hacia la esperanza, hacia lo positivo.  Ignoramos el poder refrescante que tiene la gratitud, al tiempo que sentimos la asfixiante influencia de la ingratitud. 

Algo, algo debemos tener por lo que debamos agradecer. Por pequeña que sea la razón, la gratitud desprenderá de ella muchas más razones, quizás mucho más pequeñas, tanto que han estado invisibles para nuestro orgullo, pero que al unirlas- ¡Ufff!- forman una lista extensa de motivos positivos por los cuales vivimos. 

Cada día, al despertar o al anochecer, no sólo el cuarto jueves de este mes, haré una relación de aquellas cosas o seres que me inspiran gratitud, y en esa lista estás tú. Aprovecho para darte las gracias porque me lees. 
Gracias ¡Oh Dios! por el "thanks".

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