Este gráfico es de Tsvangirayi Mukwazhi, de la serie Minas de Granito de Angola (fuente/BBCmundo). |
Por Javier Suárez (Js)
Como hijo no tengo las más mínima
probabilidad de mirar en el álbum familiar una foto de mi padre cargándome
cuando bebé en sus brazos y mucho menos transportándome en su espalda o
llevándome a su trabajo. Diferente es con relación a mi madre en cuyos brazos
con amor he estado desde que nací. A Dios gracias, distinto es también el caso
con mi pulguita, mi hija Valeria. A quien he podido alzar o jugar al caballito con alegría en
diversas etapas de su vida, aunque distante de ella, en otras tantas, yo
permanezca. En fin, el asunto aquí no es tanto exponerles mi vida familiar. La
cuestión es compartir el sentir que la foto de esta nota me inspira plasmar.
La vi en uno de los reportajes
gráficos de la BBC. Mi primera reacción fue no tener ninguna. Quedé mudo. Me
impactó el alma dicha imagen. Sin ver las caras de los protagonistas, vi el
rostro de la pobreza, el semblante de la fortaleza, la faz del amor, la
fisonomía de la necesidad. Eso siendo un poco poeta, por que de otra forma lo
que se ve es la "mierda" en la que muchos nenes se encuentran por
culpa de la miseria.
Mi segunda reacción fue agradecer a
Dios por no ser esa mi situación. Aunque desconozco si el padre de la foto es
feliz o no. Mejor dicho, se mezclaron en mí contradictorios sentimientos y
pensamientos, algunos positivos otros adversos. Aunque el hombre de la
diapositiva sea un progenitor responsable y cariñoso, como observador de la
foto no pude evitar afectarme por las circunstancias en las que
aparentemente ese bebé se desarrolla. Siente cerca el calor de su padre pero a
la vez ha de permanecer impregnado, inundado del sudor cansado y maloliente de
su papá. Por la herramienta que el hombre sostiene se supone que debe mover su
cuerpo bruscamente y con el a su criatura. ¿ Cuánto tiempo bajo sol o lluvia
tendrá así ese ser a su retoño?. A no ser que el fotógrafo le halla sugerido
atar a la espalda al niño (a), con la finalidad de lograr una tierna e
impactante foto. ¿ Será?. Puede ser. La creatividad no tiene límites.
Pero tampoco los tiene la pobreza. Natural o programada, la imagen expone una situación
más cerca a la realidad que a lo ficticio.
Mi tercera reacción fue pedirle a
Dios que transforme los sentimientos de aquellos padres que no cargan, alzan, o
cuidan a sus hijos. Lo mismo, por aquellos papás que se pierden por frialdad o
torpeza la mágica experiencia de mimar y proteger a sus críos. La necesidad obliga a muchos
progenitores a acarrear a sus bebés a todas partes, exponiéndolos a muchos
peligros, pero prefieren eso a abandonarlos. Y quienes no tienen esa necesidad
¿Qué excusa exponen para no gozar de ese tierno instante?. En fin... también di
gracias a Dios por aquellos procreadores pobres o ricos pero responsables y
amorosos.
Mi cuarta reacción fue escribir este
sentir en mi blog y en Facebook. Preguntarle a mis contactos qué historia les
inspira esta foto. Invitarlos a que piensen, escriban y compartan lo que
sienten con relación a "Los tiernos pies de aquellas ásperas manos"
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