viernes, 24 de septiembre de 2010

Por no creer en "Santos" se fue al "infierno"

Guerrilero abatido en combates, Víctor Julio Suárez Rojas -más conocido por sus alias de "Jorge Briceño" o "Mono Jojoy"

De blanco el presidente colombiano Juan Manuel Santos, junto a su cúpula militar.
Por Javier A. Suárez M.
Con la misma intensidad que millones de colombianos lloramos por culpa del terrorismo que impuso un cruel guerrillero, ahora la mayor parte de mi Nación celebra la muerte del "Mono Jojoy". 

¿Celebra...? ¡Bueno! eso suena cruel, pero no tanto como la misma violencia que generó este hombre, considerado como el cerebro sanguinario del ejército irregular de las Farc. El actual regocijo presidencial, militar y social que expone con este hecho Colombia, se justifica tras los miles de secuestros, atentados, masacres, extorsiones que por más de 40 años lideró el extinto subversivo, en nombre de una revolución política y comandando un grupo ilegal armado que terminó vinculado al narcotráfico.   

No obstante, a mi parecer, no me es cómodo ver en las noticias la gran fiesta que se arma con la muerte de alguien. Si bien, el hecho es muy positivo para Colombia y para el mundo en general, festejarlo con odio no aporta nada bueno a la paz universal. Por poderosos que sean los ejércitos legales o ilegales, si el corazón de cada persona que someten o protegen no está libre de extremos rencores, jamás se logrará la armonía que millones en oración pedimos día a día. 

Con los resultados de la operación militar colombiana "Sodoma" me siento tranquilo en mi calidad de ciudadano colombiano. Como cristiano, gracias a Dios doy por el fin físico de una pesadilla con ojos y fusil que nos atacó por tantos años. Pero luego de la justicia terrenal, muy bien impuesta en conjunto por las Fuerzas Armadas de Colombia, le dejo a Dios la justicia Celestial. Prefiero que cuando llegué mi alma al "cielo" encuentre la del Mono Jojoy quebrantada y convertida.  Y si tengo que pagar culpas en los dominios de las "tinieblas", por nada del mundo quisiera encontrar allí al mismo sanguinario que en la tierra un infierno nos hizo vivir. 

En conclusión felicitó a las Fuerzas Militares Conjuntas de mi Nación, a las cuales  pertenecí con honor. Al presidente Juan Manuel Santos. A cada familiar de las víctimas. A quienes por la violencia subversiva fuimos desterrados. Me uno con mis paisanos al alivio que provocó la baja del terrorsita, pero ruego a todos también, que en honesta oración, pidamos a Dios para todos su perdón. Y en Colombia a los delincuentes, a los violentos, a los políticos corruptos, les recomiendo de corazón, para evitar ir al "infierno" creer en "Santos", mientras estos no trabajen para el diablo.  


2 comentarios:

  1. Buena forma de hacerme meditar, si hay que saber perdonar, espero poder hacerlo con los que asesinaron a mi hermano.

    ResponderEliminar
  2. Al igual que usted no celebre la muerte del "Mono Jojoy " Me abstuve de nombrarlo para restarle importancias a quien tanto dolor cause a los colombianos, pegue en mi muro un lazo negro en recuerdo de los cientos de niños desaparecidas en Co...lombia, las niñas que fueron raptadas por ellos para esclavas sexuales, niños robados después de asesinar a sus padres para entrenarlos como guerrilleros o para venderlos en el extranjero, Mi oración es que Dios le conceda sabiduría a las autoridades colombianas para aclarar el paralelo de estos niños.

    ResponderEliminar

No olvides dejar tu comentario