jueves, 2 de septiembre de 2010

La migraña de mi fe

Esta foto la tomé del internet. No sé el nombre del autor pero bendigo su creatividad. 
Gracias por la lluvia que caminó conmigo,  en una reciente tarde de fatiga y migraña. Mi cabeza era el nido de un dolor que no paraba y a mi corazón le visitaba un estrés sin calma. Con los pies mojados quise refrescar, el desierto árido de mi ansiedad. Ansiedad por lo que debió ser y aún no ha sido. Tensión  que atrae lo negativo y oculta al alma lo bueno del ser. Varios  analgésicos relajaron mi padecimiento pero sólo el amor curó la migraña de mi fe. Gracias por aquellos que en oración por mí intercedieron. Gracias por los que emails me escribieron deseando mi sanación. Gracias por lo que llamaron a mi teléfono, y aunque respuesta no recibieron, me dejaron su mensaje de ilusión. Gracias a todos los que sin conocer mi dolor con su noble amistad alegría me dieron. Gracias al médico, al amigo, al doctor Castillo que me atendió. Gracias madre mía por tus paños de agua fría y sobre todo por tu infinito y limpio amor. 
Un abrazo espiritual enorme para todos aquellos que sufren de migraña y recuerden enfrentar todas las circunstancias con la mayor  esperanza, humildad y calma.  (JS)

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