Por Javier Suárez (js)
Me he auto regañado varias veces antes, durante y
después de.
Me he juzgado y condenado sin misericordia antes,
durante y después de.
He sido implacablemente crítico conmigo mismo y los
demás antes, durante y después de.
Antes, durante y después de… De que “la sombra” cubra
una parte o por completo muchos pensamientos, emociones y sentimientos.
“Al conjunto de modalidades y posibilidades
de existencia que no queremos reconocer como nuestras porque no las
consideramos adecuadas, el psicoanalista Carl Gustav Jung las denominó ‘la
sombra’. La sombra representa al “lado oscuro” del Yo, tanto lo bueno como lo
malo que nos aleja de la imagen que tenemos, deseamos tener, o brindar, de
nosotros mismos. Para encontrar la paz en nuestro mundo interno, y en el
exterior, es necesario que nos adueñemos de nuestra sombra y nos reconciliemos
con ella”. Exposición hecha por la Lic. Alicia López Blanco.
Mirarme al espejo y preguntarme si ese que
veo en realidad… ¿soy yo? Es una práctica de la vida que se torna muy común.
Aunque otros prefieren ignorar o rechazar su sombra de rodillas o embriagados
en licor. Abusando de las drogas o de una aparente perfección.
Bendito lado oscuro que me ha hecho maldecir.
Maldita sombra que me ha hecho bendecir. Tema complicado de manejar sin ser
juzgado por la familia, por los vecinos, por los religiosos, por los amigos,
por la sociedad de perfecto o imperfecto modelo social.
“Como muchos aspectos de nuestra personalidad
no se adecuan a los valores establecidos, para poder sobrevivir en sociedad
desarrollamos un mecanismo: aprendemos a pasar a la clandestinidad de nuestra
psiquis todos aquellos rasgos que evaluamos como no pertinentes, alimentando así
nuestra sombra.
Lo que no admitimos en nosotros tendemos a proyectarlo en los otros. Si se
trata de lo negativo, vemos culpas y defectos en los demás. Si se trata de lo
positivo, nos inclinamos a idealizarlos, adornándolos con virtudes exaltadas” Lic Alicia López
Blanco
Psicóloga Clínica.
Curiosa ‘Sombra” que nos permite esconder
ante los demás, muchas cosas que a los demás les criticamos con claridad.
Lado oscuro tan real como la noche. Fiera
salvaje que permanece en calma cuando no se le ataca. Puñal con filo que hiere
al alma cuando el alma de puñal se arma. Parte invisible de angustias visibles.
Mar enfurecido o tibia playa. Caballo fino que galopa libre o que se desboca
con las punzadas.
Lado oscuro… Perro de grandes colmillos al
que no necesitamos morder para evitar por él ser mordidos. Aceptarlo no es
elegirlo. Pero evita el agotador y peligroso enfrentamiento consigo mismo. Y
brinda la paz que se requiere para saber escoger y madurar.
"El analista jungiano James Hillman sugiere que curar la sombra
es, esencialmente, un problema de amor y propone establecer una sociedad
interior uniendo el reconocimiento moral de nuestra necesidad de cambiar con
una amorosa y risueña aceptación de nuestras partes inferiores. Podemos
aprender a reírnos de nuestra locura, utilizar al humor para bajar las defensas
y atenuar el enfrentamiento entre el consciente y el inconsciente, lo que es
una forma de redimir nuestras energías más oscuras.
ILUMINAR LA SOMBRA
Las siguientes observaciones nos ayudarán a reconocer e integrar
las energías de nuestra sombra:
.
. ¿Qué aspectos o
características de las personas de mi entorno me provocan irritación, molestia
o rechazo?
.
. ¿A qué persona o
personas dedico tiempo y energía en juzgar, criticar, odiar, o admirar al punto
de ubicarlos sobre un pedestal? ¿Cuáles son sus características?
.
. Confeccionar un
listado con las cualidades que me atraen o rechazo de manera excesiva.
.
. ¿Puedo relacionar
estas cualidades con personas significativas de mi historia personal (padre,
madre u otros significativos de las etapas iniciales de mi infancia)?
¿Reconozco en mí alguna de ellas?
.
. Cuando una persona no
significativa para mí provoca en mí una fuerte reacción de atracción o rechazo
¿qué cualidades posee? ¿con qué aspecto personal o de mi historia puedo
relacionarlas?
.
. Escribe una carta
dirigida a alguna de las cualidades que observes como de mayor relevancia, como
si se tratara de una persona. Por ejemplo: Ira, no te soporto pues tu energía
me lastima, eres destructiva, lo único que haces es daño… Luego déjala
descansar unos días, vuelve a leerla e intentar cambiar el nombre de la
cualidad por el de alguna persona significativa de tu historia personal."