jueves, 21 de abril de 2011

Equivocada y fatalmente... en el lugar exacto a la hora precisa

(Foto/TODAY'S ZAMAN) La gráfica muestra a 4 reporteros gráficos del New York Time, durante el cubrimiento de una de las revueltas que se han presentado en Libia -
Por Javier Suárez M.
Con mi cámara fotográfica terciada en mis hombros he comenzado a escribir esta nota. Sin usarla. Sólo quiero sentirla cerca mientras escribo. Así le rindo un humilde tributo a dos grandes exponentes de la reportería gráfica. Maestros del lente y la audacia. Dos fotoperiodistas que perdieron sus vidas mientras hacían lo que les fascinaba. Tomar imágenes de una guerra viva que a la muerte llama. 

El fotógrafo de prensa Tim Hetherington y su colega Chris Hondros,  murieron el pasado miércoles 20 de abril en Libia, luego de ser alcanzados por fuego de morteros. Los dos se hallaban sobre la principal calle de la ciudad de Misrata, Tripoli, escenario que concentra el frente de batalla por el control de dica región. Ambos, junto a otros periodistas, intentaban retroceder del área tras un largo instante de calma, que fue interrumpido por el bombardeo.  Tim Hetherington murió inmediatamente, mientras que Chris Hondros falleció un poco más tarde en el hospital. Aseguraron fuentes de prensa internacional como la BBC.
Hetherington, de 40 años de edad,  fue noticia días atrás al ser nominado este año al Premio Oscar, mejor documental, por su codirección en la cinta "Restrepo".  (“Restrepo” es fruto de la colaboración entre el fotoperiodista Tim Hetherington y el periodista y escritor Sebastian Junger, basado en sus propios trabajos: el libro “War”, de Jünger, y la recopilación fotográfica “Infiel”, de HetheringtonEl documental narra las experiencias vividas durante 15 meses por el segundo pelotón de militares de EE.UU y la Compañía de Batalla de la 173 Brigada Aerotransportada, entre los queHetherington y Junger estuvieron infiltrados para recopilar más de 150 horas de metraje y retratar el  aburrimiento, el humor, el terror y la vida cotidiana en el puesto de avanzada, bautizado por los soldados como “Restrepo”, en honor a su médico, PFC Juan Restrepo, quien murió en una acción bélica. Fuente/ Natgeo TV). Nació en Liverpool, en Reino Unido, y tenía también la nacionalidad estadounidense. Estudió literatura en la universidad de Oxford y un master de fotoperiodismo en Cardiff. En su cuenta de Twitter había denunciado el martes anterior a su muerte que ele ejército de Gadafi atacaba Misrata indiscriminadamente y  la OTAN  nada hacía por detenerlo. Hetherington estaba trabajando para la revista estadounidense Vanity Fair.


Chris Hondros acompañaba a Tim en el grupo de periodistas que fue alcanzado por  el fuego de guerra. 

Estadounidense de 41 años. Durante los últimos 10 años estuvo con su lente presente en numerosos conflictos armados como  los de Cisjordania, Cachemira, Kosovo, Angola, Sierra Leona, Afganistán y Liberia. Por su parte Getty, la agencia de noticias para la que trabajaba, expresó en un comunicado que su reportero greafico Hondros "nunca había tenido miedo a trabajar en la primera línea de combate en los conflictos que cubrió y Libia no fue una excepción".




Comentando el triste hecho con mi colega uruguayo, el periodista comunitario Juan Carlos Fernández,  resurgió la inquietud que cuestiona la relación sacrificio y profesión. ¿ Vale la pena que un periodista arriesgue o de la vida por informar?  Teniendo en cuenta el luto que deja y sobre todo que casi siempre la muerte de un comunicador, como las mismas noticias que él generó, pronto se convierten en materia olvidada.  
La respuesta es muy relativa. El amor por lo que se hace, invita a hacerlo bien. Hechiza a los sentidos, que no ven otra alternativa que seguir hasta el final. Tomar la foto perfecta. La imagen que una historia cuenta. Sin ella, el riesgo no tendría sentido aunque se siga vivo. Y por otro lado, alguien lo tiene que hacer. Como en toda profesión. Aún el mantenerse con vida en una zona tranquila tiene también sus peligros. 
Viendo varias fotos de estos dos reporteros gráficos y leyendo algunas de sus trabajos y algunas de la entrevistas que dieron, se percibe en ellos una poderosa energía, y como dijo el periodista Fernández, se les nota 'realizados"... aunque hallan estado equivocadamente...en el lugar exacto a la hora precisa. ¡ Descansen en paz!

Mis oraciones y admiración por todos aquellos periodistas  que asumen su responsabilidad con amor, el mismo que te indica cuando retroceder o avanzar. O el que te sorpende incluso con la muerte.  Y por todos los seres que dentro del ejercicio de sus profesiones y oficios, se sienten felicez de dar lo mejor de sí. 



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