martes, 15 de septiembre de 2009

La huellas de un corazón descalzo


Buena cama, buen colchón, buena cobija, mal dormir. ¡ Upsss! Me desperté a las 2:00 de la madrugada y empecé como vampiro la noche a cubrir. No precisamente chupando sangre, ni a colgarme de los pies. Pero sí a esperar despierto el fin del amanecer.

Entonces mi mente, mientras mis ojos luchaban por cerrarse, alistó equipaje y marchó a un largo viaje hacia mi pasado. Buscando las huellas que en mi vida voy dejando. En diversos senderos de mi historia, mi memoria perdió el rastro. No habían pisadas de mi existencia. Mi andar no dejó huella.

Fue triste para mi mente reconocer que perdí en muchos casos el tiempo. No amé, no perseveré, no oré, sólo oriné y quizás hasta por fuera del escusado. Por un rato caminé por el desierto de los recuerdos. Por un rato nada hallé. Me sentí frustrado, me levanté a preparar un té. Seguí desvelado, mi mente del ayer no quería volver.

Sin dejar que el desánimo me cobijará, mentalmente a Dios le hablé: "Padre gracias por mi pasado, aunque huellas fuertes en él no he dejado. Huellas que podrían positivamente a otro ser haber guiado. Pero aún así, me diste experiencias y ahora sé, que cerca permaneciste aunque de ti muchas veces me alejé".

Con el corazón descalzo y sin sueño, me doy cuenta de los caminos nuevos que día a día debo recorrer. Ya no me desvelarán las huellas que no plasmé. Me concentro en las pisadas que meguían por el ahora eterno y bendigo con fe, las huellas positivas que en el presente dejaré.

Ahora sí... a dormir... ZZZZZZZZ ... ¡ Ah! se me olvidaba que debo ir a trabajar... en fin

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