martes, 2 de junio de 2009

Parecidas tentaciones a las del padre Alberto muchos llevamos dentro


El chisme una vez más ha facilitado que desvíe mi  atención de mis propias fallas, errores, defectos, para  interesarme  en los de alguien más, en los del padre Alberto. El ex sacerdote católico de Miami,  que con su carisma religioso logró atrapar la admiración de miles y miles de feligreses. El  párroco hispano que por sus sentimientos  conquistó  el  amor  de una dama latina, y el morbo, el comentario, la crítica, el juicio, la polémica, la desilusión, la solidaridad, el respaldo, el interés en muchas almas de diversas partes del mundo.

Ha sido muy fácil y cómodo para muchos  opinar y juzgar el proceder del  ex curita. Hay que aprovechar toda oportunidad que nos permita ver de cerca, de lejos, de lado, el polvo en el ojo ajeno y no la basura que  en nuestra propia vista no está dejando ciegos.

No se necesita usar sotana para experimentar el poder de la tentación, del amor, de la sexualidad. Quizás ahora  cientos de médicos, abogados, policías, bomberos, periodistas, amas de casa, taxistas, pastores, enfermeras, astronautas, poetas, panaderos, meseras, meseros y hasta banqueros, estén enfrentando sus propias luchas internas , negando u ocultando sus tentaciones.

Dicen que un alcohólico es terco al comienzo y no reconoce que necesita ayuda, lo mismo parece sucedernos con nuestro ¨lado oscuro¨, con nuestros deseos ocultos.  Todo empieza o termina siempre a raíz de nuestras propias decisiones. Decidir, escoger,  no hay de otra.  ¿Pero qué escogemos, qué decidimos?   Nos orientamos hacia lo negativo o hacia lo positivo, recordando que lo positivo es aquello que nos genera una sensación de paz, bienestar, confianza, amor, optimismo, libertad, solidaridad, compasión,  amor.

“Por eso no creo en lo curas, por eso no creo en los pastores, por eso no creo en los policías, por eso no creo en los médicos…. Etc” opinan muchos ahora, pero ninguno se atreve a preguntarse ¿ …y quién cree en mí?  ¿Creerán mis hijos en mí, mis padres, mis familiares, mis vecinos, mis clientes, mis empleados, mis jefes?   Y lo más importante… ¿cree usted en sí mismo? 

Debemos recordar que Cristo fue tentado muchas veces.  No creo que se hubiese resistido a ellas esforzándose mucho.  No me lo imagino arrancándose los cabellos entre el dilema de si cae o no  en sus tentaciones. A Jesús, en su condición humana,  lo describe la Biblia siempre seguro de lo que quería.  Eso nos hace falta a muchos, saber con certeza qué es lo que en realidad queremos. ¿Queremos odiar o amar? ¿Queremos valor o cobardía? ¿Queremos fama o anonimato? ¿Queremos abundancia o escasez? ¿Queremos paz o guerra? ¿Queremos sinceridad o hipocresía? ¿Queremos riqueza o pobreza? ¿Queremos romance o celibato?... en fin.

Nada ganamos con decir quiero esto y aquello y al tiempo afirmar cosas como: “ah, nunca tendré lo suficiente para conseguirlo. Eso es sólo para los ricos. No me merezco la felicidad. El amor no existe. La vida es muy cruel. Ya no hay solución. Nunca podré cambiar, yo soy así y punto. Nací para sufrir. El mundo es una mierda”, entre otras tantas declaraciones negativas, que contradicen lo que se quiere.

Lo que se piensa, lo que se desea, lo que se dice y lo que se siente, deben estar en el mismo canal, enfocados en el mismo propósito.  Si deseamos prosperidad económica pero nos la pasamos recordando los difíciles momentos en que hemos padecido necesidad  y decimos que el dinero es pecado e imposible de conseguir,  al tiempo que nos sentimos miserables y tristes…. ¿crees entonces que tu deseo de  prosperidad se cumplirá algún día?

Hay que hablar, pensar y sentir de acuerdo a lo que se desea.   Que el corazón, la lengua, la mente y el cuerpo vayan  por el mismo camino. Qué tire la primera piedra aquel que no ha pecado o que en su vida ni un moco se halla sacado. Perdonemos las tentaciones del padre Alberto para que por las nuestras no seamos  por el chisme condenados. (Copyright. Artículo publicado en el periódico "Personalidades" del Condado Hudson. New Jersey.USA)

11 comentarios:

  1. Vaya, que forma de tratar un tema tan delicado. Lo he presentado hoy en clase y los comentarios fueron de admiracion. Graciela Dubon

    ResponderEliminar
  2. Jjajajajja, algo loco pero muy lúcido a la vez. Pusiste a una de mis tías religiosas a reflexionar....Cómo hacemos para conseguir un ejemplar de Personalidades?... llega a Pensilvania?

    ResponderEliminar
  3. Mi querido Javier,
    te felicito por tu nueva iniciativa personal.
    La foto-montaje resultó genial, ni mas ni menos el padre "Alberto", pero el bueno...

    Te visitaré para leer tus articulos y comentarios

    un abrazo

    Roberto

    ResponderEliminar
  4. Felicidades!!
    Me parece bien interesante tu articulo sobre el Padre Alberto. En mi caso, ya aprendi que no puedo ‘condenar’ a nadie muy severamente: la ley del Karma por lo general me lo hace pagar casi inmediatamente!
    En cuanto a tu foto: Padre Javier: me da la bendición? J
    Olguita

    ResponderEliminar
  5. NO ES QUE DESEABA IMPRESIONARTE PERO LA VERDAD ES QUE ERES ESPECIALO.
    POR TU CAPACIDAD Y PORQUE DIOS TE DA ESA SABIDURIA SIGUE ADELANTE.QUE
    NOSOTROS TE APOYAMOS EN ORACION PARA QUE EL SENOR TE SIGUA BENDICIENDO.
    SALUDOS DE GIO Y BITANY...

    ResponderEliminar
  6. Estimado Sr. Suarez la razon de este email principalmente es porque
    deseo felicitarle, por sus articulos que ha publicado .
    Anteriormente yo era una persona que no me interesaba por los articulos
    que venian en el periodoco Espacialito,pero un momento que me llamo
    la atencion de la forma en la que ud empeso a ecribirlos.
    Mis mejores deseos y que Dios le de mucha sabiduria para que pueda continuar.
    PATTY.

    ResponderEliminar
  7. Desde que lei su nota sobre la piedra de gratitud no he dejado de buscar el periodico. hasta a ese taza de cafe en las mañanas ya me sabe mejor. esto del padre alberto estuvo muy interesante. en verdad el morbo, el chisme nos aleja de nuestras propias responsabilidades. me gusta leerlo por que usted hace que las cosas serias, sigan siendo igual pero mas dulces... dios lo bendiga.

    ResponderEliminar
  8. Excelentísimo. Te felicito por tu periodismo que ha sentado base por lo bien escrito y mejor presentado.
    Un abrazo,
    Anita

    ResponderEliminar
  9. Respetado y apreciado padre Javier:

    Vi su blog y a la vez volví a a leer su afamada columna de susurros en el diario Personalidades. Le confieso que su admirado y ex párroco Albertico, sale bastante bien librado en su defensa, y por gratitud debería considerarlo a usted como adalid del sacerdocio moderno en las huestes católicas. A usted, los hábitos no le sientan ma, por lo que debería considerar si está a tiempo de militar en la legión de Benedicto, el jerarca mayor, aunque dudo que lo admitan..usted es demasiado mundano...

    Lo del blog, es una iniciativa que debe mantener, crea disciplina y favorece el interés del escritor en su intención de establecer comunicación fluida con los cibernautas y los trashumantes de las comunidades virtuales, que son cada vez más numerosos.
    Solo usted sabrá medir esas ralaciones, el universo de sus lectores, el impacto, su crecimiento. Pero tal vez lo más importante es medir su comodidad y satisfacción de permanecer en dicha intención.

    Me hubiera gustado que en su apología del padre Alberto, hubiese recreado algo de la historia de ese mandato eclesiástico que convierte a los hombres con vocación de apóstoles en mártires de su humanidad y sus deseos. ¿Por qué surgió el celibato en la iglesia de los papas católicos, apostólicos y romanos?. Según parece, en agún momento de la historia de la iglesia, sus pastores podían amar a una mujer y procrear., pero en otro momento, ese derecho fue eliminado o considerado de obligatoria renuncia para poder ejercer los hábitos. Una nueva moral de aquel tiempo que convirtió el deseo en tentación infernal para estos hombres de Dios.

    Le hago la reflexión, para acreditar su opinión en el susurro del blog y del diario, y de paso, invitarlo a imaginar cómo hubiera sido su vida de seminarista. Le repito que el hábito le luce. Y la prédica.

    Un abrazo,
    JI

    ResponderEliminar
  10. Has escrito algún libro? es interesante leerte....
    Adriana Galviz

    ResponderEliminar
  11. Hola Javier muy bueno eeste tema, no siempre hay que juzgar a las personas, ni mirar la paja en el ojo ajeno.-

    ResponderEliminar

No olvides dejar tu comentario