viernes, 6 de marzo de 2015

Si por religión, empleo, cuerpo o poder te crees diferente…



Por si acaso… Si por religión, empleo, cuerpo o poder te crees diferente. 
Aún así, somos más que eso. 

Nos podemos pasar horas frente al espejo, en Instagram, Twitter o Facebook tratando de maquillar o adornar falsamente nuestra existencia. Pero ni un minuto en el tiempo dedicamos a observar nuestra mierda. Quizá por que ahí termina la arrogancia del egocéntrico, la vanidad del que aparenta, el orgullo del que gobierna, la soberbia de quienes se creen seres de otro planeta o simplemente más especiales que los demás. 

Jajajjaja… Me imagino la cara que muchos han puesto ante la foto de este cuento. Un gran número contemplaría mas de una vez el video o la imagen de un asesinato, de un ataque terrorista, de una agresión física, pero no la de un común excremento. Hipócritamente es más repugnante la mierda que la soberbia, que la violencia, que la apariencia, la corrupción, el egoísmo, la envidia, el miedo.

Presidente de los Estados Unidos o de Panamá; ama de casa de España o reina de Inglaterra; obrero, maestro, ejecutivo estrella. Todos vamos al sanitario por la misma m…. 
Cristiano, de la cienciología o devoto de Alá. Ateo, católico, metafísico, budista o musulman. Rico, pobre, seres feos o hermosos, bajitos, gordos, altos o esqueléticos, nadie defeca diferente al resto. 
Capitalista o comunista, periodista, abogado, mesero; reina de belleza o patito feo, bondadoso o avariento. Joven, niño, anciano, alentado o enfermo; Monja o puta, homosexual o transgénero. Soldado raso o de rango general. Espiritualista, egoísta, noble, falso o sincero… La mayoría sentimos pudor de nuestro maloliente excremento, más no del apestoso súper ego.

Jajajaja. Aplaudo la desilusión de aquellos y aquellas que se sienten más o menos que lo demás y que cuando al inodoro van, la naturaleza les recuerda que… Todos somos iguales. 
No indica que no existan las jerarquías. Pero estás deben ser marcadas por el grado de amor en el corazón y no por el nivel de la altanería en el ego. 

Si crees que tu alegría o tristeza, éxito o fracaso depende de alguien… Imagina a ese otro defecando. Esta realidad nos indica que el objetivo no está en ser humanamente diferentes entre sí, sino terrenalmente iguales a la energía Divina que nos ha creado. Solo aquellos que saben que su ser es mucho más que su religión, empleo, auto, cuerpo, profesión, oficio, ropa, casa; que reconocen tener alma además de cuerpo, fe más que miedo, sentimientos más que necesidades, amor más que odio… pueden respirar tranquilos y profundamente aún entre el hedor de su propia m…. 
Me dieron ganas de ir al baño. Nos vemos luego. 

Por Javier Suarez

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