martes, 10 de marzo de 2015

"Lo que pasa en el ayer, en el ayer se queda…. como en Las Vegas"



Bendito el placer que ofrece el desapego al miedo. El desinterés por el qué han dicho, en el qué dicen o de mí... Qué dirán. 

Bendita paz que viene cuando se va el ego. Cuando no asumo como personal la alegría o la tristeza de los demás. Cuando sé que no soy perfecto y el perdón en mi corazón es más que el remordimiento; la gratitud mayor que la ansiedad. 

Exquisito el presente que al pasado no se encadena ni al futuro se vende. Hoy decido callar o decir lo que siento aunque quizá mañana me arrepienta. Cada día es nuevo, trae su propia experiencia. 

Claras son las meditaciones sinceras que nacen de oscuras e hipócritas apariencias. No culpo a nadie de aquello que me causó antes pena, pues lo que pasa en el ayer en el ayer se queda. Tampoco buscaré a merced de mi calma aquel perdón externo que a perdonar se niega. Cada quien decide cómo cargar la pesada o liviana carga de sus emociones internas. 

He ido a dónde yo mismo me he guiado. Estoy ahora dónde yo mismo me he conducido. No me importan hoy las críticas ni los aplausos. Bendigo todo y a todos por lo vivido. Es probable que a muchos mi paz defraude, incluyendo a algunos de los míos. Y si bien no es mi interés complacerles, menos es ser su enemigo. No hago lo que puedo. Hago lo que quiero, sin el afán de cagarme en el mundo o de pensar que solo me toca estiércol. 

Ahora amo tanto la vida que estoy listo para ir sin miedo al mundo vivo de los muertos. 

Con afecto
Javier

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