domingo, 8 de abril de 2012

¿Dónde estabas mientras Jesús resucitaba?

Por Javier Suárez (Js)
¿Dónde estabas mientras Jesús resucitaba? Quizás en la misma parte en la que te hallabas mientras también lo crucificaban. En una playa, en un bar, en una finca, en una iglesia, en casa, en el gimnasio, en la calle, en el trabajo, en internet, en un motel, en un hotel... etc. Y si la pregunta fuera ¿Qué hacías? las respuestas serían tan diversas como las religiones o como las formas de demostrar o ignorar nuestra fe; Tal vez... Bronceando la piel, embriagando en licor el estrés, montando a caballo, orando, viendo TV, creciendo en músculos o endureciendo glúteos, atracando, negociando, chateando en facebook o en pornografía navegando, haciendo el amor o fornicando... etc.

Yo, por mi parte, el día de la resurrección estaba más perdido que piojo en peluca o que la mamá del Chavo del ocho. Buscando una nueva comunidad cristiana, junto a mi madre, terminamos entrando a un templo con el mismo nombre del que buscábamos pero de diferente religión. Contemplamos unos minutos aquel estilo de rito y luego de agradecer tan cordial bienvenida continuamos nuestra búsqueda. Cuando por fin se me ocurrió apoyarme en el internet de mi celular para aquella iglesia poder encontrar, la hora de la celebración ya había pasado cuando a dicho templo por fin habíamos llegado. 

Imaginando: Jesús resucita. Con gran alegría espera ver que lo estén esperando aquellos que nos decimos cristianos y que su nombre hasta por twitter alabamos. Y abre la puerta del sepulcro santo... ¿Cuántos de nosotros lograríamos con devoción y amor, darle la bienvenida en su resurrección? Esta vez me quedé fuera de tan noble grupo, por estar buscando una dirección que debí el día antes haber ubicado. 

En fin, la resurrección por fortuna no es un hecho de un día. Es una promesa de Dios, en Cristo cumplida y que dura toda la eternidad. Los tiempos cada vez son más difíciles y la humanidad aumenta a la par de sus problemas, de sus temores, de sus famosas crisis. Aunque en esta temporada las iglesias, las playas, los hogares; De turistas, de feligreses, de visitas, de gente se llenen, de nada sirve el lugar en el que nos hallemos o lo que en dicho sitio estemos haciendo, si no gozamos con nobleza y amor el milagro de la resurrección. Practicando con nuestros semejantes y la naturaleza, la compasión y el respeto, la solidaridad y el perdón. La justicia y la vida. antes, durante y después de la Semana Santa. Tarde pero cumplido !Felices pascuas!

  

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