lunes, 27 de abril de 2015

Ayer tuve un "ahora" maravilloso…


Ayer tuve un "ahora" maravilloso que lo fue todo y que hoy es parte de la bendita nada, pues cada instante en el ""ya" nos contagia de la magia dinámica de una Divina creación. Ayer construí en un bosque la calma que hoy el alma me regala, entre los afanes de un mundo que susurra su fe, gritando temor. 

El pasado es la semilla, el presente el fruto del futuro. Vivir pegado a la semilla sin darnos cuenta del árbol en el que se ha convertido, es habitar en un bosque de espantos, remordimientos, frustraciones, lamentos, quejas, apegos, mundano egoismo. Saciarnos del fruto del árbol sin que esté listo para ingerirlo, es residir en una arboleda de falsos positivos, el espacio eterno de lo que siempre estará por venir. En el futuro cercano que permanece lejos. 
Es en el presente con sus sonidos, con sus formas, colores y olores, la base de nuestras emociones para saber si nuestro espíritu es feliz, o si desea serlo. 
El "ahora" es la planta que nos permite bajo su sombra o sobre su tronco elegir. Escoger entre lo que fue, lo que será, y lo que es, de acuerdo a los sentimientos, al alma, más no al ego. 
Semilla, árbol y fruto, bondades de cada tiempo, se muestran en el mismo momento… en el "ya", en el afán y la calma que trae cada día, inspirado en lo que anhela el corazón de aquel que confía, en la promesa celestial "pide y se os dará. Pero pedid con fe". 


Con afecto:
Javier Suárez

(Foto tomada con celular) Meditación inspirada en la reserva ecológica Santafé de los Guaduales en Ibagué, Tolima, Colombia. 

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