Sin rasurar mi rostro lleva ya un día y pasarán más sin afeitar mi piel. Pensarán algunos que estoy enfermo, otros dirán que luzco bien. No crecerá como en musulmán la barba en mi tez. Ni la sopa mi bigote bañará por doquier. Besaré con precaución la suave mejilla. Rozaré sin raspar la sensual intimidad. Y aunque peluda se vuelva mi barbilla, jamás mi boca entre pelos se esconderá. Esta semana no me afeito... la gana no me da.
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