miércoles, 31 de marzo de 2010

Yo pecador, a la diestra del perdón...¿Y tú?


Imagínate en la actualidad a un Poncio Pilato que mandara a crucificar a toda aquella persona chismosa o envidiosa. Hipócrita o violenta. Solapa, rencorosa, soberbia, ladrona, egoísta, hipocondriaca, negativa, que maneje embriagada, que bote la basura en la calle y no en las canecas públicas, escandalosa, morbosa, apasionada, que se orine en la vía. Adicta a Facebook. Que escupa en la acera, tacaña, corrupta, desaseada, abusadora, irrespetuosa, habladora, traicionera, irresponsable, farisea, racista, etc… ¿ Quién entonces levantaría las cruces? – Por lo menos yo, estaría perdido. Clasificaría para ser crucificado mil veces y hasta más. Pero existe una historia que narra de alguien que fue sometido a dicho calvario, por el simple hecho de predicar y practicar amor, compasión, igualdad, PERDON, salvación eterna, su nombre es Jesús, Jesús de Nazareth. 

Dentro de las narraciones bíblicas hay una que me impacta mucho. Me llena de tristeza y a la vez de alegría, de esperanza. La crucifixión de Cristo entre dos hombres malhechores. (Mateo 27:44; Marcos 15:27, 32; Lucas 23:39-43. Mateo y Marcos nos narran que dos ladrones fueron crucificados juntamente con Jesús, uno a la izquierda y el otro a la derecha. Mateo nos dice que los dos injuriaban a Jesús. No obstante, Lucas nos relata que uno de los dos se arrepintió de su mala actitud de corazón, pues reprendió al otro que seguía injuriando a Jesús. Este hombre arrepentido reconoció la inocencia de Jesús, al confesar que él y el otro estaban sufriendo lo que sus malos hechos merecieron. Creyó que Jesús tenía un reino y que vendría en él después de la muerte. Mostró grande fe. “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” Entonces Jesús le dijo, “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”)

Dimas, al parecer, era el nombre del ladrón levantado a la derecha de Cristo que supo “robarle”, en el último instante, el perdón y el cielo a Jesús. Creo que el de la izquierda era Gestas. Por sus apellidos ni me pregunten. La cosa es que no hay perdón sin arrepentimiento. No hay alegría sin energía positiva. No hay poder sin fe. Debemos contar con el presente que tenemos, con el ahora que existe, para desprendernos del pasado muerto y asegurar un futuro de vida eterna en paz. 

Al grano… Si con certeza afirmas que tú no tendrías por que ocupar una cruz, pues te felicito. Ponte a leer entonces mejor el horóscopo. Pero si piensas que merecerías estar crucificado, levántate entonces a la diestra de Dios. (Nota: Sino eres creyente... ¡Tranquilo! Imagina entonces que estás a la derecha del sol, de la luna, del mar, de las estrellas, de tu pareja, de tu mascota, de tu postre favorito, del televisor, del Wii, en  Twitter o Youtube. En fin... cerca de lo que más quieras, y siente que por medio de ese algo que cautiva tu atención, corazón y admiración, estás en contacto con un poder Divino y Creador). En cualquiera de los casos, respira lenta y profundamente, al tiempo que empiezas un diálogo con esa "Fuente de Amor". 

Agradece la oportunidad que tienes ahora de arrepentirte o de cambiar tu mala vibra. De transformar en positiva tu energía negativa. A la edad que tengas. Donde estés. Sin importar lo que hiciste, abandona la miseria espiritual y física de las decisiones equivocadas, y elige arrepentirte. Comenzar de nuevo. Perdonar, perdonarte y reconciliarte con el amor de Dios y su Creación, de la cual formas parte importante. Manda al carajo, ¡No! Mejor bendice en silencio, a las personas que piensan que tú no puedes cambiar. Que por tus “errores” anteriores jamás tu renovación tendrá oportunidad. No tienes que ser modelo ejemplar para nadie, sólo para ti mismo. El brillo de tu paz se encargará de ser luz para el que quiera verla. 

Si muchos cristianos nos enfocáramos en vivir como Jesús en vez de hablar sólo de El, la humanidad tendría un mejor testimonio de amor y fe. No quiero entrar en polémica con religiosos o ateos o cualquiera. Sólo estoy compartiendo una experiencia que me ha permitido, a partir de la gratitud y el perdón, sentirme mucho mejor, mucho más tranquilo, mucho más optimista, muchos más honesto y auténtico, por dentro y por fuera, a pesar de mis "equivocaciones".  El arrepentimiento y la convicción de un perdón poderoso me han señalado uno de los caminos hacia la felicidad y ese sendero es el que persigo ahora, aunque tropiece todavía en muchas ocasiones.

Dimas fue perdonado porque él mismo así lo quiso y lo pidió. Gestas no quiso acortar el camino hacia la paz y Jesús le respeto también su decisión. Es como el cuento que  contamos muchos inmigrantes al llegar a otra nación. “ Yo en Colombia era..”, “Yo en Cuba tenía…” y así con todas las nacionalidades. La cuestión es el presente: ¿ Soy ahora lo que realmente quiero ser? ¿ Vivo cómo realmente quiero vivir? ¿ Qué quiero ser?. Si todo anda bien en tu vida, por nada del mundo sueltes entonces tu felicidad. Pero si todo está mal, ¡pilas! reacciona. Pide perdón, perdona, agradece tan bella oportunidad. Reconcíliate con Dios, con el Universo y solicítale con fe, que quieres gozar vivo del paraíso.

Si una persona alcohólico sólo ocupa su mente para pensar en qué cantina va a vomitar mañana lo que le queda de vida y dinero; O en las cosas por las que cree que debe emborracharse ( porque quedó huérfana desde pequeña, porque fue maltratada por sus padres, porque sufrió una desilusión amorosa, porque fue violada, porque se siente sola, porque no es millonaria, porque el dinero la enloqueció, porque, porque…) siempre esa lista interminable de tristes causas, a las que le brinda toda su atención, no permitirán que esa persona abandone su autocompasión y la botella de licor. 

Si no hubiesen alcohólicos o adictos a la droga que han transformado sus vidas pese a sus dolorosas experiencias, pues ni modo, a la cantina, que yo invito. Pero hay testimonios de individuos que dijeron "basta". Comenzaron a pensar en lo que querían ser ( no precisamente en los borrachos más famosos del barrio) sino en ser padres sin mal aliento para sus hijos. Parejas sobrias para disfrutar con ternura y resistencia del amor de sus conyugues. Empleados o empresarios sin resaca en la oficina. Personas de caminar elegante y no expositores de un zigzag repugnante. 

Yo pedí perdón por las decisiones que a mí no me dejaron alegría. Me arrepentí de los pensamientos que a mí no me dejaron dormir en paz. Pedí perdón, con la fe de ser perdonado, por las palabras que a mí me alejaron de la armonía. Hoy, duermo aún en el mismo colchón de ayer pero más relajado, más sereno. Tengo, a Dios gracias, el mismo empleo de ayer, pero ahora llegó a mi oficina con más seguridad y energía positiva. Tengo la misma boca de ayer, pero hoy habló menos y reflexiono más. Ayer, me inundó el miedo, el negativismo, ahora me baño en fe. Sé que a algunos les molesta algunas de mis acciones, pero a ninguno obligo a aceptarlas. 


Me crucifico al lado derecho de Cristo (del Universo, del Cosmos, de la energía positiva) ¿ Y tú…?
Por Javier Surez

1 comentario:

  1. Llega semana santas, semana en la cual cada uno de nosotros reflexiona sobre culpas pecados mentiras, quizás unas justificadas y otras inapropiadas; bueno reflexionar, hoy tengo una experiencia en amor y espiritualidad! Mi tío, agoniza lentamente a causa de un cáncer terminal hepático sin solución ya, y ante tanto dolor lo más hermoso es como con tanto amor bondad generosidad se despide de cada uno de nosotros dando gracias a Dios por todas sus bendiciones tiempo de vida y en un gran regocijo espiritual lleno de gozo predica de Dios y dice a Dios que se haga en él su voluntad.

    ResponderEliminar

No olvides dejar tu comentario