lunes, 18 de enero de 2010

Pequeñas apocalipsis, grandes lecciones ¿aprenderemos?


Muertos entre los vivos. Foto publicada por la ONU, durante los primeros días luego del terremoto en Haiti.

Los encuentros frente a frente entre la vida y la muerte, no son novedad reciente. Toda ciencia y creencia en algún párrafo de sus experiencias, describen hechos que han llevado a miles de sobrevivientes a caminar entre miles de cadáveres mal olientes. El mismo hombre muchas veces y en otras ocasiones la naturaleza, se han encargado de crear estas dolorosas escenas.

A muchas personas, una tragedia propia o ajena, les cambia la vida positivamente. Pero en terminos generales, algo está fallando o la lección no ha sido todavía sufcientemente fuerte. No se puede percibir con claridad si la humanidad es mala o buena; si ama la luz o a la oscuridad se entrega. Si tiene alma e inteligencia o sólo es la casual evolución de una bacteria.

Por un lado preparamos asistencias de ayuda en emergencias y por el otro se planean aniquilantes guerras. Todavía el hombre debe defenderse del hombre, sobre todo de su soberbia lengua. El terremoto de Haiti nos ha recordado la terquedad en la que el mundo se ha encerrado. No quiere amar. Existe solidaridad pero más mezquindad. Existe unidad pero más indiferencia. El instinto parece guiar nuestra supervivencia y no la fe nuestra existencia.

No es cuestión de paises pobres o ricos, o de naciones blancas o negras. Cuando el temor supera el valor, en cualquier situación dominará el horror. Los afectados entrarán en pánico colectivo motivado por miedos individuales, saquearán, violarán, dispararán. En nombre del miedo todo acto aberrante se justificará. Es como un círculo. Actuaremos como humanos cuando ello nos favorezca, como animales cuando ello nos convenga, y... ¿ cómo seres epirituales cuándo procederemos?

Nadie quisera caminar entre muertos o vivir entre ellos. Ha muchos ya les ha tocado. Aún no a la mayoría. Pero en cualquier instante una experiencia así, puede ser tuya, podría ser mía. ¿Estamos preparados para eso? ¿Tendrá nuestro corazón el suficiente amor, y nuestro espíritu el grano de fe que necesita para soportar el calvario de potentes agonías? Incluso, si fueramos tú o yo las víctimas ¿ nos atrapará la muerte con la esperanza de una eterna vida?

La mejor forma de alistarnos para cualquier apocalipsis es amando el día a día con el presente que nos bendice. Enfocando nuestros sentidos en todo aquello que nos brinda buena energía, en todo aquello que hacia el amor nos guía; Que nos ayuda a tener buenos sentimientos y a desechar vibras negativas .

Algunas diferencias entre los tipos de sentimientos nos pueden indicar si son, relativamente hablando, buenos o malos; Estos últimos nos hacen sentir muy mal. Sus caratérísticas, citadas en algunos libros de auto reflexíon y motivación, suelen ser; resentimiento, depresión, ira, amargura, venganza, odio, crítica destructiva, envidia, temor a todo y a todos, culpa constante, etc. "En otro nivel" como señalan entre otros, el físico Ben Johson y la escritora Lisa Nichols, se le conoce a los signos anteriores como mala vibra o mala frecuencia.

De la misma manera, exponen que los sentimientos buenos pueden ser identificados por que provocan una sensación de bienestar natural, entre ellos: satisfacción, esperanza, expectativa pero feliz, ánimo, pasión, alegría, gratitud, y sobre todo AMOR.

Todos tenemos de ambas clases de sentimientos, la cuestión es cuáles escogemos, a cuáles les dedicamos mayor pensamiento, mayor dedicación. De la respuesta que cada persona se ofrezca depende que esté o no preparada para enfrentar con fe o sin ella, cualquier situación, incluyendo un fuerte temblor. Aún los caminos cubiertos por la muerte, conducen a la vida eterna, cuando se recorren con la fe que nos hereda... Cristo Jesús.

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