Gracias Dios por permitirme andar de nuevo y en forma diferente por caminos que antes me causaban nostalgia, depresión, pereza, enojo, y que ahora transito gozando de la brisa suave y de la calidez de un sol que me consienten. Dejando que mi mente también positivo piense. Bendiciones que eran ignoradas por mi negatividad. Vale la pena recuperar la fe. (Js)
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