lunes, 13 de julio de 2009

Solterón sí, pero aquello no



En un solo día, tres personas se preguntaron  con respecto a mí: ¿por qué yo, siendo medio inteligente, medio simpático, medio joven, estaba aún soltero?  Esa misma inquietud  me la habían expresado antes otras amistades.  El perseverante interrogante sobre mi soltería, me hizo sentir más sólo que nunca ese día, y me fui a tomar una cerveza (no bebo) pero quería como cambiar un poquito la rutina y visité una barra  muy conocida en West New York, ciudad de New Jersey.

Disfrutando visualmente de los encantos físicos de una hermosa bartender, empecé a dejar que el tiempo, con una sola cerveza, pasara y pasara.  Por consumo no era el mejor cliente pero me soportaban.  Justo a mi lado se sentó un hombre de buen aspecto y vestir. El personaje me preguntó si podía invitarme una bebida.  Le dije- no, gracias- no bebo. Viendo mi cerveza  mostró sorpresa por mi respuesta.  Le exclamé: perdoné no es por descortesía, sólo vine a distraerme un rato.  

Yo también vengo a desahogarme a dejar el estrés, replicó el desconocido.  Luego, procedió a presentarse. Todo siguió normalmente. Hablamos de fútbol, la crisis financiera, el calentamiento global. Después de su cuarta o quinta copa y de mi aún primera cerveza, sacó una foto de su gata Mini y me dijo que era el amor de su vida. Me interrogó sobre el mío. Le mostré la foto de mi hija Valeria. Y empezando a inquietarme un poco, le aseguré que tenía también un enorme perro pastor alemán y que se llamaba Nerón. Se lo dije hasta con voz gruesa, enviándole cierto mensaje.  No aguantó y  le dio por hacerme la famosa pregunta… ¿porqué alguien como tú, que no es un galán pero tampoco un galón, que eres así, asa, etc… estás solo un viernes en una barra?  Me hizo una miradita algo rara. El tono de voz le cambió.  Le contesté  con firmeza pero sin altanería, que yo era solterón pero aquello no.

Aclarado el asunto el hombre se disculpó. Confirmó que era gay y luego me preguntó si eso me impedía proseguir con la  charla en la barra, que en la mayoría de los temas fue muy interesante y  divertida.  ¡Claro! Por mi no hay problema. Respeto a la gente gay. Al ser humano en general. Uno de los mandamientos me invita a amar al prójimo como a mí mismo... ¡Bueno..! eso de amar es obvio que se refiere al aprecio en Cristo que debemos ternernos unos a otros. En términos de amistad la preferencia sexual no me interesa, le exclamé.  Pude entender que el nuevo amigo hizo lo que muchas personas, solteras y solteros, siempre hacemos, tirar el anzuelo para ver que atrapamos.

Y ahí comenzó a relucir una de las respuestas o causas de mi soltería, una constante coquetería que por mucho tiempo me ha impedido ser fiel. Y la fidelidad es sin duda una fuerte base, aunque no garantía, para una relación estable.  Como el agua entre los dedos, el amor se ha escurrido de mí, por esa fama de mujeriego que yo mismo  establecí. 

Puedo estar ahora poniendo una soga en mi cuello con esta nota. Pero vale la pena reconocer, que muchos estamos solos por culpa de nuestro propio proceder. He desilusionado y he causado  dolor también, bueno y viceversa, pero  nunca he jurado amor eterno para conseguir de una dama el polémico placer.

Mentiría si afirmó que me siento feliz soltero. No obstante, sí debo reconocer, que estoy lejos del infierno en el que viven muchas parejas, unidas únicamente por el temor a la soledad.

Mi hija tiene ahora once años de edad, y desde los nueve me dijo: Papi yo te dejo tener novia, sin hacerle la vida imposible, si te la consigues a lo bien. ¿A lo bien?- y cómo es eso, le pregunté. Mi princesa respondió: es decir papito, que te acepto una novia que hallas conocido mirándola primero a los ojos y no primero por detrás o al pecho. ¡Upssss! Me la puso bien difícil mi hija, pero ella, en su aún corta vida, ya sabe lo que yo mucho más viejo ignoraba. El amor no es sólo pasión sexual, ni los ojos la única puerta por la que pueda entrar.  El amor es fuente de Creación Divina y  como tal se debe tratar.

Si usted amiga o amigo lector tienen una pareja estable por amor, por favor, no caigan en la rutina. No espere llegar a casa para encontrar ahí a una cocina con senos. No piense que el que llegará a cenar es sólo una masa de carne ardiente. Mímense de nuevo, coquetéense, susúrrense al oído esos te quiero que parecen ausentes. El amor no sólo se hace, se dice, se demuestra, se siente.  Ya sé que mientras esto leen, algunos dirán que con qué autoridad este solterón consejos dá.  Pues compadre o comadre, si no quieren terminar en la lista de solteros, de divorciados, de solitarios, agarren lo que tienen con el corazón.

Y para mis colegas en aburrida soltería sería bueno indagar la causa de ese padecer.  Si eres homosexual, pues pilas, deja en el closet sólo tu ropa y vive la vida como te toca. Quizás conozcas a mi amigo de barra y a su gata Mini, y juntos logren vidas felices.  Ahora, si eres un solitario heterosexual como yo, quizás nos toque modificar muchas cosas de nuestra machista actitud, y empezar a ver el amor también de frente y no sólo por… en fin.  ¡Ah! se me olvidaba… damas entre 30 y 100 años de edad, que busquen relación estable por amor y no por soledad, si reciben aplicaciones con la mía pueden contar.


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