"Lo que eres, es el regalo de Dios para ti. Lo que hagas con lo que eres, es regalo de ti para Dios"... No sé quién lo dijo pero acertó.
lunes, 20 de julio de 2009
lunes, 13 de julio de 2009
Solterón sí, pero aquello no
martes, 7 de julio de 2009
jueves, 2 de julio de 2009
Cada pie con su zapato... cada quien con sus experiencias"
Gracias por los mensajes enviados a mi correo electrónico (susurro12@hotmail.com). Las columnas de “Susurro” que he escrito compartiendo experiencias muy especiales de mi vida, de algunos conocidos y desconocidos, han sembrado en la mayoría de los casos una pequeña semilla de fe y positivismo, o al menos han logrado entretener un ratico . Me es muy difícil responder con prontitud a cada uno de los e-mails pero poco a poco voy contestando. Sin embargo en esta ocasión he brincado el turno para responderle a un lector que me pidió que me colocara sus zapatos.
“Apreciado señor Susurro o periodista Javier Suárez, mi hermana es feliz leyendo sus artículos. El que más le ha gustado o que según ella le ayudó mucho, es el que se llamó ´Una Piedra de Gratitud´. Me dijo que era cierto, que yo especialmente había olvidado dar gracias por las cosas buenas y que sólo me la pasaba quejándome, lamentándome y hablando de las cosas malas, de mi desempleo, de mi soledad, de mi dolor de espalda. No es su culpa suya señor Susurro que mi hermana utilice sus notas para atacarme, pero al escribir usted debería ser más realista. Usted escribe muy bonito y quizás hable así también. Pero es fácil ser positivo cuando se es un buey que trabaja sentado desde un escritorio, que usa ropa bonita y limpia, que recibe un buen salario cada semana (…) póngase usted en mis zapatos”.
Apreciado lector , yo calzo No9 espero que usted también. Sinembargo, aunque calcemos igual , de seguro caminamos diferente. Le ruego que analice primero si su hermana lo atacó o simplemente le invitó a cambiar de actitud. Estoy seguro que ella está triste por su grave situación personal y laboral. De la misma forma parece estar cansada de escuchar lo mismo siempre de usted. Yo también aburrí a los míos no hace mucho tiempo atrás. Yo también pensé que si alguien hablaba cosas positivas de la vida, ese alguien tenía que ser un “Hijo de Tuta” como dice la canción. Aunque yo use un escritorio y un computador como herramientas de trabajo no significa que me gane un sueldo de ejecutivo de Wall Street, y en las condiciones actuales en que está la economía global hasta ellos empiezan a quejarse. Conozco gente con mucho dinero, con zapatos finos, pero que emocionalmente están derrumbados, viven en la amargura, paranóicos, tacaños y conozco también a personas muy espirituales que mantienen enfermas , con los zapatos rotos y sin un dolar en el bolsillo.
Creo que la falla ha estado en que nos han educado para sufrir. Cuando chico escuché decir que era más fácil que un camello pasará por el ojo de una aguja que un rico entrar al cielo. Así crecí con la mentalidad de que el dinero era parte del pecado y que sólo los deshonestos eran millonarios. Y como casos parecidos a esos es lo que más se ve en las noticias, terminé observando la espina de la rosa, creyendo que los petalos eran fantasía.
De la misma manera escuché que había que cargar nuestra propia cruz y seguir a Cristo, y me hicieron pensar que mi vida entonces sería una ruta infinita hacia un eterno calvario. !Caramba! me aburrí de aburrir. Me cansé de ser pesimista y decidí también seguir a Jesús incluso hasta la resurrección. Hoy estoy viviendo de nuevo, aveces con los mismos problemas pero con una fe renovada que me hace sentir mucha fuerza. Ahora utilizo mi mente para imaginarme próspero en todo aspecto, en vez de pensar que nací para estar jodido todo el tiempo y usar unicamente zapatos que me apreten.
Amigo lector, yo bendigo la empresa en la que trabajo y aquí no todos tienen escritorio pero están agradecidos por laborar en una entidad que genera el sustento de muchas familias. Aquí adentro las cosas no han sido fáciles y hubo un tiempo en el que creía que trabajaba en el infierno por las discordias con dos o tres compañeros. Cuando me enfoqué en ver las cosas buenas que tienen mis jefes, la empresa, e incluso las cosas positivas de esas dos o tres enemistades, he creado un ambiente laboral para mí más tranquilo. Estuve desempleado mucho tiempo. Como asistente de enfermería que fuí, limpié el trasero de varios pacientes con diarrea, cosa que nunca hice ni con mi hija cuando estaba recién nacida. En Colombia viví como un príncipe periodista por muchos años y aquí he sido taxista, ayudante de cocina, hasta conejillo de indias en la prueba de un medicamento contra la fiebre. Cada unos de esos oficios me han mostrado etapas que he había calificado de tristes para mí, pero que hoy han sido un peldaño importante de mi escalera.
Cada vez más creo en la fuerza de la ley de la atracción. Lo que en nuestra mente duerme en nuestra realidad despierta. Somos lo que pensamos. Somos lo que sentimos. Somos lo que decimos. Si pensamos unicamente en el desempleo, en el hambre, en la pobreza, en la soledad, en la venganza, en la erfermedad, eso será lo único que obtendremos. Suena absurdo que uno pueda pensar en riqueza cuando no se tiene ni siquiera un empleo. Pero la mayor parte de los milagros, incluso los de Jesús eran también jusgados negativamente, y siguen siéndolo aún por creyentes. Estoy seguro mi amigo lector que mientras me escribías tu e-mail tenías una imagen de la virgen de Guadalupe en tu pecho. Si no ponemos en marcha el motor de la fe, permaneceremos estacionados en la incertidumbre e incredulidad. Si te sientes enfermo y hablas a toda hora de tu enfermedad, muy complicado está que te alientes. Si estás esperando que una bella chica te diga que eres guapo, para entonces subir tu autoestima, podrías tardar tiempo en reconocer que sos la parte mas importante de la Creación y por ende, atractiva por derecho propio. Y si lo único que haces es hablar y hablar de los zapatos que te apretan, podrías terminar más solo de lo que te sientes ahora. Yo no te ataqué, tu hermana tampoco. Ella te ama por sangre, yo te apreció por vocación. No me pidas que me ponga tus zapatos, empieza a fabricar tu propio calzado, uno mucho más cómodo. !Ah! y no dejes de escribirme.