Este año no le pondré a mi espalda cargas innecesarias. Reposaré sobre ella sólo el peso agobiante o ligero de aquello que sinceramente me importe, siempre y cuando me fortalezca en cuerpo, mente y alma.
No cargaré en mi espalda cruces, responsabilidades, sueños, deseos, necesidades, culpas o miedos ajenos, a menos que valga la pena ayudar.
No la cansaré con toneladas de expectativas, ni de remordimientos. El pasado y el futuro por mucho tiempo la hirieron.
No pondré en otras espaldas concientemente los paquetes pesados en los que se convierten los caprichos pendejos, la envidia disfrazada de admiración, el odio pintado de sonrisa o la ira maquillada de amor. Tampoco el afán por obtener la aprobación de los demás, ni el temor tóxico al que dirán.
Si algún peso ha de aplastarme será el que sobre mi espalda ponga lo inevitable o el de mi propia elección.
Deseo entonces para toda la Creación un año nuevo con la sabiduría del viejo. Un año nuevo sin miedo a tener miedo y mucho menos a gozar de valor. Un año nuevo auténticos, no sólo con las máscaras que hacen que los demás nos aplaudan, por hipocresía o con razón. Sino también en armonía con los aspectos atacados que escondemos en nuestras sombras y que junto a las máscaras forman parte inevitable, divina e innegable, del majestuoso "Yo Soy".
Por tu espalda y la mía... Amén.
Por:Susurro-Js
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